La violencia comenzó a adueñarse ayer de varias ciudades de Kenia. La tardanza en conocer los resultados de las elecciones más reñidas de la historia del país ha llevado a los dos partidos en liza a acusarse mutuamente de tratar de manipular el escrutinio en su favor.

A lo largo del día, jóvenes seguidores del Partido de Unidad Nacional (PNU), por el que se presenta el presidente en funciones, Mwai Kibaki, se enfrentaron con sus rivales del Movimiento Democrático Naranja (OMD), del opositor Raila Odinga.

Hubo saqueos y quema de casas, sobre todo en los bastiones de la oposición. La Policía disparó gases lacrimógenos y hasta seis personas murieron, según testigos citados por la agencia Reuters.

Los disturbios empañaron unas elecciones que, en la jornada de votación, se desarrollaron de manera ejemplar y pacífica.

El problema ha sido la tardanza en la difusión de los resultados. En las elecciones de 2002 sólo se tardó un día en ofrecer datos oficiales casi completos. Pero además, cuanto más datos se difunden, menor es la diferencia entre Kibaki y Odinga. Ayer la Comisión Electoral anunció que a media tarde, Odinga poseía una ventaja de 38.000 votos sobre Kibaki, con los datos de 180 de las 210 circunscripciones. La noche anterior, Odinga aventajaba en 450.000 votos al presidente en funciones.

El presidente de la Comisión, Samuel Kivuitu, prolongó la agonía y dijo que los resultados finales serían anunciados hoy, es decir, tres días después del voto.

Sin esperar, la opositora OMD se declaró vencedora. 'Raila Odinga ha ganado las elecciones', dijo uno de sus dirigentes.

El PNU lo consideró inaceptable. 'Sólo la Comisión puede declarar al ganador. Como el OMD sabe que pierde, está haciendo ruido', dijo a Público por teléfono el portavoz del PNU, Ngari Gituku.

El jefe de la Delegación de Observadores de la Unión Europea, Alexander Graf Lambsdorff, pidió a la Comisión que, 'a la vista de los acontecimientos', haga público el nombre del nuevo presidente de Kenia lo antes posible para evitar un brote de violencia nacional.