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Los resultados del referéndum en Bolivia confirman la polarización

La ratificación del presidente Morales y cinco gobernadores no cambia el ‘empate catastrófico’

FEDERICO PEÑA

Ganaron todos y no ganó nadie. Evo Morales y su vicepresidente Álvaro García Linera fueron ratificados con más del 60% del apoyo en el referéndum. Se sienten fortalecidos. Los prefectos (gobernadores) de la derechista Media Luna boliviana –Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija– también.

Si el Occidente boliviano permitió a Morales superar el 54% obtenido en 2005, el Oriente hizo lo mismo con los detractores del presidente. Tras cortar la baraja, el empate catastrófico boliviano –como describe el vicepresidente Linera la situación del país–se perpetúa: las fuerzas en pugna se sienten legitimadas para imponer su modelo y echar por borda el proyecto del otro.

“Respetaremos la legitimidad de los prefectos ratificados”, dijo Morales, que tendió la mano y llamó a unir los proyectos que dividen al país. “Es importante unir a los bolivianos, del campo y la ciudad, de oriente y occidente, y esa unidad se hará con la nueva Constitución y los estatutos autonómicos”, dijo el líder del Movimiento al Socialismo (MAS).

Desde una tribuna eufórica, los gobernadores de la Media Luna endurecieron su discurso. “La libertad ha derrotado al totalitarismo”, dijo el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, quien llamó a Morales “dictador” y “macaco”. Costas le advirtió de que no impondrá una nueva Constitución y anunció que profundizará el proyecto autonómico para su región. Allí, aseguró, “se puede vivir sin el chicote [látigo] del fundamentalismo aimara”. Los cruceños lo aclamaron al grito de “independencia”.

Los perdedores fueron los prefectos de Oruro (oficialista), La Paz y Cochabamba (opositores). “Legalmente, sigo siendo el prefecto de Cochabamba”, dijo Manfred Reyes Villa, rechazado con un 66%, que se niega a dejar el cargo y dice que dará una “batalla legal”.

Ayer, las ediciones digitales de todos los diarios bolivianos habían olvidado las pugnas del referéndum e iban ya al grano preguntando a sus lectores: “¿Apoya usted la Constitución Política del Estado propuesta por el MAS?”. Esa es la madre de todas las batallas.

Con el revocatorio del domingo, Morales confiaba en forzar un desempate para aprobar en otro próximo referéndum su proyecto de Carta Magna, que apuesta por las nacionalizaciones y la reforma agraria, y fue aprobado por los asambleístas del MAS en ausencia de la oposición. Es opuesto a los Estatutos aprobados en consultas ilegales en los departamentos de la Media Luna, que son iniciativas autonomistas de corte liberal. Jurídicamente, ambos proyectos son incompatibles.

Pero el apoyo obtenido por Morales en Occidente –La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí– con niveles superiores al 70% u 80%, contrasta con los logrados en Oriente, regiones que el presidente casi no puede pisar y donde promedió un 30%.

Alarmado por los brotes de violencia que ha generado a falta de diálogo “ausente en ambos bandos”, el analista político Fernando Mayorga considera elemental arrimar posturas.

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