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Los eurodiputados quieren una piscina y un gimnasio de lujo

El excesivo coste de ambas instalaciones causa polémica en el seno de la UE a pocos meses de las elecciones

D. B.

La remodelación del gimnasio y la construcción de una piscina en el Parlamento Europeo ha encendido la polémica. Partidarios y detractores debaten, a solo unos meses de las elecciones de junio, la conveniencia de invertir hasta 8 millones en ambas obras.

'Todavía no se ha tomado ninguna decisión', aclaran fuentes parlamentarias, que no ven exagerado el desembolso porque 'los usuarios también pagan cuotas' que gestiona la empresa concesionaria de las instalaciones deportivas. 'De esa manera, podríamos rentabilizar las instalaciones', señalan las mismas fuentes.

El proyecto de piscina ya fue rechazado el año pasado por su elevado coste. El diputado conservador británico Richard Ashworth señaló que los partidarios 'pueden soñar' ahora con su construcción pero que del mismo modo que 'dijimos no el año pasado es inapropiado ahora'. El gimnasio es otro cantar. Está 'en muy malas condiciones', según fuentes parlamentarias, y urge reformarlo. Diversos eurodiputados han llegado a plantear que su reacondicionamiento podría acabar con el impacto de la mayor lacra de la institución: el absentismo laboral.

Según uno de sus vicepresidentes, un nuevo gimnasio reduciría el problema en un 30%. No obstante, numerosas voces alzan la voz ante la inoportunidad del debate, que tiene lugar a las puertas de unas elecciones que la UE vivirá en crisis.

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