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La reconstrucción de Gaza se hará excluyendo a Hamás

Los donantes recaudan 4.135 millones de euros para reparar los daños de la ofensiva israelí

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, formuló este lunes un deseo en la conferencia de donantes para Gaza de la ciudad egipcia de Sharm al-Sheij: que esta sea “la última vez” que la comunidad internacional se ve en la necesidad de reconstruir la franja de Gaza.

Se cumpla o no este deseo, la conferencia que se celebró en la ciudad de la península del Sinaí ha arrancado promesas por valor de 5.200 millones de dólares (4.135 millones de euros) para los palestinos. Pero es un dinero que viene con condiciones y de cuya gestión queda excluido quien tiene el control de Gaza: la organización islamista Hamás.

Esta cantidad se destinará en parte a la reconstrucción de la Franja, pero, sobre todo, acabará en las arcas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para permitir su mantenimiento. Esto plantea el riesgo de que la ANP canalice los recursos de una manera sectaria para beneficiar a sus hombres y no en función de las necesidades reales, como ya ha ocurrido en el pasado

La contribución más generosa partió de los emiratos árabes del Golfo Pérsico, que se han comprometido a aportar 1.650 millones de dólares (1311 millones de euros) en cinco años, mientras que los representantes de otros 75 países hicieron un gran esfuerzo en la misma línea.

Estados Unidos han prometido 900 millones de dólares (715 millones de euros), de los que la tercera parte irá a parar a Gaza y el resto a la ANP. La Comisión Europea aportará 436 millones de euros que se destinarán tanto a la reconstrucción como a la ANP.

España también incrementará la ayuda prevista. Moratinos indicó que el Gobierno destinará ahora 90 millones de euros a la reconstrucción de Gaza y otros 90 al sostenimiento de la ANP. Este dinero se canalizará a través de la ANP y de las agencias de la ONU.

Moratinos destacó que la ANP ya ha trazado un plan para la reconstrucción que prevé la reparación de miles de viviendas destruidas durante la invasión de enero, en la que murieron más de 1.300 palestinos, la mayoría civiles.

Pero las promesas son una cosa y los hechos otra, y ésta no sería la primera vez que los donantes brindan ayudas que luego no llegan a su destino. En 2007 prometieron 7.700 millones de dólares (6.120 millones de euros), de los que los palestinos sólo vieron una pequeña parte.

Además, la conferencia no aclara cómo se podrá llevar a cabo la reconstrucción sin contar con Hamás, la organización que controla efectivamente la franja de Gaza. El portavoz fundamentalista Fawzi Barhum lamentó que Hamás no fuera invitada a la conferencia porque los donantes siguen empeñados en que reconozca a Israel. “Eludir a las autoridades palestinas legítimas en la franja de Gaza es una decisión que va en la dirección equivocada y que deliberadamente mina la reconstrucción”, advirtió Barhum.

Poco antes, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton había reiterado sus condiciones para cualquier acercamiento al movimiento fundamentalista. “Hay un acuerdo de que existen ciertos principios que Hamás tiene que adoptar, y son el reconocimiento de Israel, la renuncia a la violencia y aceptar los acuerdos anteriores de la Organización para la Liberación de Palestina” .

La Conferencia tampoco aclaró cómo podrá llevarse a cabo la reconstrucción si Israel no autoriza el acceso de materiales de construcción. Desde hace casi tres años no permite la entrada de cemento, metales y plásticos.

Las organizaciones humanitarias que trabajan en Gaza advierten que Israel sólo consiente el paso de una pequeña cantidad de alimentos. Intermón Oxfam calcula que más del 80% de las mercancías que llegan a la Franja son alimentos básicos. “El grifo se ha cerrado para utensilios claves para la agricultura y materiales para la construcción”, advirtió Lara Contreras, su portavoz.

En el mismo sentido se expresó el secretario general de la ONU, Ban Kim-moon: “La situación en los pasos es intolerable. Los empleados que trabajan allí no tienen acceso. Los bienes esenciales no pueden entrar”, recalcó.

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