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Corea del Norte juzga a dos periodistas de EEUU

Podrían ser condenadas a diez años de trabajos forzados

ANDREA RODÉS

En plena tensión por el inminente lanzamiento de un satélite de comunicaciones norcoreano, Pyongyang ha amenazado con condenar a diez años de trabajos forzados a dos periodistas norteamericanas detenidas el 17 de marzo en la frontera china con Corea del Norte mientras filmaban un reportaje sobre refugiados norcoreanos. Ambas periodistas serán juzgadas por entrar ilegalmente en el país y llevar a cabo 'actos hostiles', según informó la agencia oficial del régimen norcoreano, KCNA.

La amenaza sobre las dos periodistas no ha sido el único desafío del régimen norcoreano esta semana, cuando quedan escasos días para el lanzamiento de su satélite. EEUU, Corea del Sur y Japón sospechan que se trata de una prueba balística con un misil intercontinental capaz de alcanzar Alaska y Hawaii, pero las imágenes captadas por satélite de la base de lanzamiento parecen descartar esta hipótesis.

'Probablemente van a lanzar un satélite', reconoció a Reuters el analista militar Paul Brannan. 'Lo que preocupa son los pasos que tienen que dar para conseguirlo', subrayó Brannan, explicando que si Pyongyang logra dominar la tecnología para poner en órbita un cohete, puede usarla más tarde con fines militares para lanzar misiles.

Ayer, Corea del Norte amenazó con derribar los aviones espía estadounidenses que han violado su espacio aéreo para supervisar el lanzamiento del cohete, previsto entre el 4 y el 8 de abril, y aseguró que cualquier intento de destruir el satélite por parte de Japón será considerado un 'acto de guerra'.

Corea del Norte ha amenazado con tomar represalias militares si algún país trata de interceptar el lanzamiento, aunque no ha concretado de qué tipo. El Pentágono ha asegurado que no tratará de destruir el cohete, por miedo a desestabilizar la seguridad en la región, pero ha movilizado varios buques destructores equipados con sistemas antimisiles al Mar de Japón para vigilar el lanzamiento. Sólo actuarán si el proyectil se desvía de su trayectoria y es una amenaza.

Se trate de un cohete de comunicaciones o de un misil de largo alcance, su lanzamiento supone la violación de la resolución de la ONU aprobada en 2006 que prohíbe cualquier tipo de actividad balística a Corea del Norte. 'Consideraremos que se ha violado la resolución y, por ende, se han violado las leyes internacionales', declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores japonés.

No es la primera vez que Pyongyang recurre a este tipo de provocaciones militares para reclamar la atención internacional. En esta ocasión, los analistas creen que el lanzamiento del cohete norcoreano puede interpretarse como una última demostración de poder del dictador Kim Jong-il, cuyo estado de salud es muy frágil, o como un intento de Corea del Norte para reclamar la atención de la nueva Administración Obama y fortalecer su posición en las 'conversaciones a seis bandas' con las que China, EEUU, Japón, Rusia y Corea del Sur presionan para el desmantelamiento de su arsenal nuclear.

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