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La UE lanza un órdago a Rusia en su frontera este

Moscú considera una amenaza el acuerdo de Bruselas con seis repúblicas ex soviéticas

DANIEL BASTEIRO

La Unión Europea ha sellado ampliar su influencia sobre seis repúblicas ex-soviéticas, lo cual ha creado gran malestar en Moscú. 20 años después de la caída del muro de Berlín, la UE firmó ayer en una cumbre en Praga la llamada 'Asociación Oriental', encaminada a crear una zona de libre comercio con Bielorrusia, Georgia, Moldavia, Ucrania, Armenia y Azerbaiyán, donde invertirá hasta 2013 al menos 600 millones de euros.

Para Rusia, que considera esa región como área de 'privilegiado interés', la asociación 'crea nuevas líneas divisorias en Europa', en palabras del Sergei Lavrov, ministro de Exteriores ruso. La víspera de la cumbre de ayer, Lavrov reconoció que está 'preocupado' porque se presente a los seis nuevos asociados 'una elección: o estás con Rusia o con la Unión Europea'.

Pero el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, quiso quitar hierro a los temores de Moscú. La asociación 'no va contra nadie', recalcó, porque 'cuando aumentamos la estabilidad en los países vecinos lo hacemos para todos', también Rusia. 'Algunos comentarios no han sido muy constructivos',lamentó también Javier Solana, jefe de la diplomacia europea.

Para Bruselas, las críticas del Kremlin que denuncia una 'ampliación del área de influencia' pertenecen a una 'retórica del pasado', en palabras de un portavoz comunitario, que señala la importancia capital de mantener buenas relaciones con los vecinos del este, donde la UE tiene importantes intereses energéticos y económicos.

Con el acuerdo de ayer, Bruselas pretende acelerar las reformas democráticas en Bielorrusia y Moldavia al tiempo que se crea una zona de libre comercio y la convergencia normativa que facilite hipotéticas ampliaciones hacia el Este. La liberalización de los visados, uno de los objetivos prioritarios de los seis nuevos socios, quedó pospuesta por divisiones internas en la UE y el miedo a una inmigración masiva.

Durao Barroso y el presidente de turno de la UE, el checo Mirek Topolanek, se empeñaron ayer en desmentir que la ausencia de destacados líderes significara una falta de interés en la iniciativa. Tanto el primer ministro británico, Gordon Brown, como Silvio Berlusconi, Nicolas Sarkozy o José Luis Rodríguez Zapatero, los presidentes italiano, francés y español, cancelaron su presencia. Los líderes de Moldavia y Bielorrusia, Vladimir Voronin y Alexander Lukashenko, tampoco viajaron a Praga ante las críticas por la situación de los derechos humanos en sus países.

La UE quiere evitar que se produzcan más conflictos con la participación directa de Rusia, como la breve guerra de Georgia o la crisis del gas con Ucrania. Pero el acercamiento de los 27 a las antiguas repúblicas soviéticas no ha hecho más que recrudecer unas tensas relaciones que se ven reflejadas también en el conflicto entre Moscú y la OTAN.

La semana pasada, tras la expulsión de dos miembros de la delegación rusa ante la sede de la Alianza en Bruselas, Moscú decidió obviar la reunión ministerial con la que la OTAN quería recomponer este mes las relaciones diplomáticas. Ayer, el ministro de Defensa ruso, Anatoly Serdyukov, anunció la suspensión de la segunda reunión con la UE, Georgia y el territorio de Osetia del Sur, que Moscú considera una nación independiente.

Pese a la ausencia de Zapatero, España se mostró ayer entusiasta con la nueva relación que se abre con las repúblicas ex soviéticas. Para el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, con la Asociación Oriental la UE logra 'el mismo compromiso político hacia el Sur y el Este', en referencia a la Unión por el Mediterráneo impulsada el año pasado por Sarkozy.

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