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La ONU denuncia un baño de sangre en Sri Lanka

 

Casi 400 civiles han muerto en los bombardeos de la zona tamil el fin de semana

ELISA RECHE

Las advertencias previas han caído en saco roto. Naciones Unidas denunció el lunes que los ataques del pasado fin de semana en el noreste de Sri Lanka habían producido el temido 'baño de sangre' con cientos de civiles fallecidos. Mientras tanto, el Gobierno ceilandés y los Tigres Tamiles se acusan mutuamente de la tragedia.

'Hemos estado advirtiendo sistemáticamente contra un baño de sangre, y la muerte de un gran número de civiles, entre los que se encuentran 100 niños durante este fin de semana, muestra que el baño de sangre se ha convertido en realidad', denunció de forma inequívoca el portavoz de la ONU en Colombo, Gordon Weiss.

Un médico que trabaja en la denominada zona segura por el Gobierno ha afirmado que al menos 378 civiles han muerto y otros 1.100 han resultado heridos como consecuencia de los intensos bombardeos del pasado sábado y domingo sobre la lengua de tierra en el noreste de Sri Lanka, donde resisten los Tigres de Liberación de la Patria Tamil (LTTE).

'Un compañero dentro de la zona segura me ha confirmado que ha habido bombardeos de artillería durante el fin de semana, al igual que durante las dos últimas semanas', señala una fuente humanitaria que prefiere mantenerse en el anonimato. 'Grupos grandes de civiles quieren forzar el bloqueo de la guerrilla y están preparando una salida masiva para los próximos días', prosigue el cooperante.

Hasta 50.000 civiles algunas fuentes humanitarias consideran que se podría duplicar esa cifra continúan atrapados en un reducto de tres kilómetros de zona costera defendido por los Tigres Tamiles.

Por su parte, el LTTE ha denunciado en su página web afín Tamilnet que 3.200 civiles han perdido la vida durante los bombardeos con toda clase de artillería pesada del pasado domingo. 'Las muertes de civiles aumentan entre la falta de medicinas y alimentos', señala la web.

El Gobierno ceilandés se ha apresurado a negar dicha acusación y, a su vez, ha culpado a la guerrilla tamil de atacar a los civiles bajo su control para favorecer una intervención internacional. Los medios de comunicación tienen prohibido el acceso a la zona, de modo que es imposible contrastar estas acusaciones mutuas.

'En Colombo todo se resume a que existe un complot internacional contra Sri Lanka', afirma otra fuente humanitaria con respecto a la acogida en la capital de las declaraciones realizadas por la ONU.

 

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