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Tiananmen todavía infunde miedo

Un profesor que tuvo que exiliarse recuerda desde el anonimato cómo 'el ambiente de libertad se acabó de golpe'

ANDREA RODÉS

AYang Xiaolin le gustaría volver a dar clases en la universidad, pero tiene miedo a que le digan no. También por miedo, este profesor pekinés de 56 años prefiere ocultar su nombre real y el de la universidad de la capital china en la que daba clases hace 20 años, cuando miles de estudiantes acudieron a la plaza de Tiananmen para manifestarse en contra de la corrupción y exigir más libertades políticas.

'No quiero tener problemas con la Policía', dice Yang, sentado en el sofá de piel de su apartamento pekinés, en el que vive desde hace un año. Pocos meses después del sangriento incidente del 4 de junio en la plaza de Tiananmen, Yang se vio forzado a exiliarse a una ciudad europea, renunciando a su carrera académica.

El único delito que cometió fue vender sus fotografías de las manifestaciones en Tiananmen a una agencia internacional de fotografía, que las publicó bajo seudónimo pocas semanas después. Aunque ninguna de sus instantáneas muestra al Ejército disparando contra la población, Yang se enteró de que el Gobierno lo había tachado con la etiqueta '1989' y consiguió huir.

'El ambiente de libertad que respirábamos desde 1984 se acabó de golpe', dice Yang, recordando sus años de profesor. 'En las aulas se hablaba mucho de política y reformas y circulaban muchos libros y diarios de todo tipo', explica Yang, dando pequeños sorbos de té mientras mira pensativo por la ventana.

Su bloque de apartamentos está enfrente de una universidad y muchos de sus vecinos son estudiantes. 'Ahora los jóvenes interesados en política son una minoría, como en todo el mundo', dice Yang, añadiendo: 'Aunque tienen una educación mucho mejor y hablen idiomas, son mucho más materialistas'.

La 'política de reforma y apertura' iniciada por Deng Xiaoping en los 80 no sólo trajo el capitalismo a China, también destapó la corrupción y la necesidad de reformas democráticas, motivos de las protestas estudiantiles de 1989. 'Los estudiantes me pedían permiso para faltar a clase y les decía que hicieran lo que quisieran', recuerda Yang.

Desde el mes de abril, él mismo iba también a Tiananmen, cámara en mano, retratando a los manifestantes y a los centenares de pekineses que acudían a la plaza para apoyar a los estudiantes. En una de sus fotografías se ve a un joven ondeando un trozo de tela en el que se lee 'Deng Xiaoping, márchate'; en otra, una familia pasea con su hija pequeña, que agarra un cartel con la frase 'Los pekineses damos comidaa los estudiantes'.

También tiene imágenes de los médicos voluntarios que atendían a los estudiantes en huelga de hambre y la de un universitario con una careta de Li Peng (entonces primer ministro) cubriéndole el rostro, y el brazo derecho alzado, simulando el saludo nazi.

'Nadie tenía miedo, la gente incluso se paraba a conversar con los soldados', recuerda Yang. Los tanques permanecían estacionados en las afueras de Pekín desde mediados de mayo, cuando el Gobierno chino decretó la ley marcial.

Nadie se imaginaba lo que iba ocurrir la madrugada del 4 de junio. 'Algunos universitarios pekineses empezaban a rendirse y estaban advirtiendo a los estudiantes de provincias que no vinieran a Pekín, que no valía la pena', explica Yang.

Esa noche, el profesor se retiró a su apartamento cansado, pero se despertó de madrugada con el ruido de las balas. Sobre las cuatro, un amigo lo llamó por teléfono para contarle lo que ocurría.

Yang ya no pudo volver a conciliar el sueño, pero por la mañana no fue a la universidad. 'Estaba todo cerrado', recuerda. 'Muchos profesores trataron de proteger a los estudiantes', añade.

Entre 500 y 3.000 personas, según las fuentes, murieron esa madrugada. Además, la Policía detuvo a decenas de personas, acusadas de crímenes políticos, y muchas perdieron sus puestos de trabajo o fueron encarceladas.

Según la fundación Dui Hua, una organización estadounidense que lucha por los derechos de los prisioneros en China, 30 personas permanecen todavía encarceladas por haber participado en los incidentes de 1989, acusadas de actos contrarrevolucionarios y de atentar contra el Ejército de Liberación.

'La mayoría de los que estuvimos exiliados creemos que el Gobierno cometió un error al enviar al Ejército, pero aprendimos que en China los cambios deben producirse poco a poco', dice Yang. El profesor, que espera poder vivir en Pekín tranquilo, está convencido de que el concepto de 'armonía' sigue siendo una prioridad para la cultura china. De hecho, la 'armonía social' es el lema adoptado por el Partido Comunista para justificar su cautela a la hora de adoptar reformas políticas que puedan poner en peligro el bienestar social. 'Si algo va mal en China, todo el mundo va mal', concluye Yang.

15 de abril de 1989

Muere Hu Yaobang, ex secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh). Miles de estudiantes llegan en masa a Tiananmen para conmemorar al líder reformista y protestar por la nueva línea dura del primer ministro, Li Peng.

22 de abril

Más de 100.000 estudiantes asisten al funeral de Hu Yaobang y traen una petición de reformas a Li Peng, que no les recibe. Como respuesta, los estudiantes empiezan a boicotear las clases.

26 de abril

El Diario del Pueblo, la voz del PCCh, acusa a un 'puñado de conspiradores' de 'desatar el descontento de los estudiantes y crear confusión para derrocar al Pcch y el sistema socialista'.

20 de mayo

Li Peng declara la ley marcial en Pekín.

Madrugada del 3 al 4 de junio

Los soldados reciben órdenes de tomar Tiananmen, disparando a quien trate de impedir el avance de los tanques.

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