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Al hombre le pierde la lujuria y a la mujer la soberbia y la envidia

Un teólogo del Vaticano alerta de la multiplicación del pecado entre los fieles. El Papa asegura que el trabajo y las vacaciones no deben quitar tiempo para Dios

EFE

El pecado capital número uno de los hombres es la lujuria, seguido por la gula, mientras que la mujeres pecan primordialmente por soberbias y después por envidiosas, según unas declaraciones del teólogo de la Casa Pontificia, padre Wojceich Giertych, que recoge hoy el diario La Stampa.

Las mujeres y los hombres pecan de forma diferente y ello se ve cuando se estudia cómo se comportan ante los pecados capitales refirió el teólogo de la Casa Pontificia, padre Wojceich Giertych.

'Para los hombres el pecado más difícil de afrontar es el de la lujuria, después la gula, la pereza, la ira, la soberbia, la envidia y la avaricia, mientras que para las mujeres el más peligros es el de la soberbia seguido de la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza', agregó.

Además, según dice el diario, la lista de pecados mortales se prolonga e incluye 'la manipulación genética, los experimentos con personas, la contaminación ambiental, la droga, la injusticia y la desigualdad social, causar pobreza y la riqueza excesiva', según ha decidido el Dicasterio Vaticano dedicado a la Confesión.

Dicho Dicasterio ha lanzado la voz de alarma por la crisis del sacramento de la confesión: el 30% de los fieles católicos no considera necesario confesarse, el 10% lo considera un impedimento en el diálogo con Dios y otro 20% tiene dificultad de expresar sus propios pecados.

Según datos de la Universidad Católica de Italia, sólo cuatro católicos de diez se confiesan.

Para recuperar el sacramento de la confesión el papa Benedicto XVI va a publicar un 'vademecum' destinado a confesores y directores espirituales, refiere el diario.

Además el Papa ha declarado hoy que ni el fuerte ritmo de trabajo ni el tiempo de vacaciones deben impedir a los hombres dedicar momentos de la vida a Dios y pidió a los fieles que no olviden la misa dominical.

Así lo manifestó el Papa ante unas 20.000 personas que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó a la figura del monje medieval alemán Rabano Mauro, conocido como el 'Preceptor de Alemania', muy preocupado por las celebraciones litúrgicas y la disciplina del clero.

El Obispo de Roma manifestó que el pensamiento de Mauro en los referente a las celebraciones litúrgicas sigue teniendo validez y el hombre debe reservar parte de su tiempo a Dios, ya que quien no dedica un tiempo de su vida al Señor se priva de su luz y permite que su pensamiento sea atropellado por el tumulto del mundo.

'Durante el tiempo de trabajo, con su fuerte ritmo, y en el tiempo de vacaciones debemos reservar momentos de nuestra vida para Dios, abrir nuestra vida a Dios con una plegaria, una meditación, un pequeño pensamiento diario y no olvidar que el domingo es el Día del Señor, el día de la liturgia', afirmó el Papa.

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