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Un discurso para sus acólitos

Netanyahu habló para convencer a una fracción de la opinión pública israelí

EFRAIM DAVIDI (Docente de la Universidad de Tel-Aviv)

'Sólo si recibimos la garantía de la desmilitarización y si los palestinos reconocen a Israel como Estado judío, aceptaremos la creación de un Estado palestino', dijo el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, en un discurso en el cual trató de explicar su visión del conflicto mesoriental.

Concebida como una respuesta a la presentación del presidente Barack Obama en El Cairo, en el que anunció la intención de abrir un 'nuevo comienzo' de las relaciones entre su país y el mundo árabe, la alocución de Netanyahu intentó ser una aceptación de las nuevas reglas de juego para Medio Oriente, pero estuvo plagada de condiciones y contradicciones.

El jefe del Gobierno más derechista en la historia de Israel aseguró que 'una condición fundamental para la solución del conflicto es que los palestinos reconozcan de forma pública y sincera a Israel como Estado del pueblo judío'.

En cuanto a la exigencia de que un futuro Estado palestino deberá ser desmilitarizado el primer ministro aclaró que 'los palestinos no podrán introducir a su territorio cohetes o misiles, crear un ejército, controlar el espacio aéreo y cerrarlo ante nosotros o establecer alianzas con Irán e Hizbulá'.

Netanyahu rechazó el argumento esgrimido por el actual Gobierno estadounidense, que ve en los asentamientos judíos construidos en Cisjordania y Jerusalén Oriental el principal obstáculo para llegar a un acuerdo de paz.

Concretamente, el premier se comprometió a no construir nuevos asentamientos en territorio palestino, pero habló de permitir la 'vida normal de las comunidades de Judea y Samaria', lo que contemplaría la ampliación de los actuales asentamientos en caso de que aumente la población.

Tales matices retóricos no convencieron a amplios sectores de la opinión publica israelí. 'No hay nada nuevo bajo el sol', dijo el diputado comunista Mujamad Barakeh en reacción al discurso. 'La derecha israelí sigue condicionando cualquier negociación de paz hasta límites en los cuales se excluye a todos los palestinos. No conozco ni un solo palestino, en ninguna fracción o movimiento, que esté dispuesto a entablar siquiera una simple conversación sobre la base del discurso del domingo'.

Las condiciones exigidas por Netanyahu para aceptar la creación de un Estado palestino ya han sido rechazadas en el pasado por la Autoridad Nacional Palestina, incluso por quienes, como el actual presidente, Mahmud Abás, y su primer ministro, Salam Fayad, mantienen buenas relaciones con Estados Unidos.

Todas las partes involucradas saben que la retirada de los territorios palestinos y árabes ocupados por Israel en 1967 es la base para cualquier acuerdo permanente. Ello no solamente atañe a Cisjordania, sino también a Jerusalén Oriental. Pero Netanyahu retiró la cuestión de la división de Jerusalén de un futuro programa negociador. La 'soberanía israelí sobre toda la ciudad no está sujeta a negociaciones', subrayó. Tampoco está dispuesto a discutir sobre la tragedia de los refugiados.

En pocas palabras: Netanyahu habló para sus acólitos, para tratar de convencer por lo menos a una fracción de la opinión pública israelí. No aportó ningún nuevo elemento, no presentó una verdadera iniciativa de paz. Sólo puso nuevos obstáculos a la paz.

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