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Merkel sufre un duro golpe a un mes de las generales

La Unión Cristianodemócrata Alemana ha sufrido una fuerte caída de votos en las elecciones regionales

GUILLEM SANS MORA

La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel sufrió un duro revés en los comicios de este domingo en tres estados federados a menos de un mes de las elecciones generales del 27 de septiembre. El partido de la canciller alemana registró pérdidas contundentes en el pequeño Land del Sarre, en el suroeste del país, con una caída del 13%. El primer ministro democristiano, Peter Müller, admitió sin tapujos su 'dolorosa derrota' tras diez años de gobierno en solitario.

En Turingia, en el este, la sangría de votos de los democristianos rondó el 12,3%, según los primeros recuentos. En otro Land oriental, Sajonia, la CDU se mantiene en el poder con el 40,5% de los votos, pero también ahí tuvo que
encajar una ligera pérdida.

Frank-Walter Steinmeier, el rival socialdemócrata de la canciller, celebró las 'dramáticas pérdidas de la CDU' y las interpretó como un rechazo del electorado a una coalición entre la CDU y el Partido Libre Democrático (FDP) para las elecciones federales, la opción que persigue Merkel.
'El día de hoy demuestra que es un error creer que la batalla está perdida', dijo Steinmeier en Berlín, arropado por medio millar de seguidores que le animaron a luchar contra unas encuestas que le ven muy por detrás de la canciller.

Con los resultados del domingo, el SPD frenó ligeramente su caída, pero no todo es color de rosa para este partido. Die Linke (La Izquierda) superó al SPD en Sajonia y Turingia. En el primero, los socialdemócratas alcanzaron un mísero 10%, y probablemente tendrán que salir del Gobierno de gran coalición que forman con la CDU. Especialmente humillante para el SPD fue el triunfo en Sajonia de los liberales del FDP, que mejoró su resultado de hace cuatro años en más de cuatro puntos hasta alcanzar un porcentaje que en algunos recuentos incluso superaba a los socialdemócratas.

En Turingia, los socialdemócratas subieron un 4% para situarse en el 18,6%, pero su problema es aquí la aritmética de coalición. El SPD obtuvo menos votos que La Izquierda, que alcanzó un 27,6%. Estos resultados evidencian los resentimientos que persisten entre el SPD y Die Linke. Podrían gobernar en un tripartito con los Verdes, pero el candidato del SPD, Christoph Matschie, declaró que no votará a Bodo Ramelow como primer ministro, el candidato de La Izquierda, visiblemente enojado por el envite, porque su partido cosechó más votos. En el Sarre, el SPD perdió un 7,7% para situarse en el 24,5%, a poca distancia de La Izquierda. Esta obtuvo un 21,3%, una espectacular subida de 18 puntos que es un sonado triunfo para Oskar Lafontaine, el jefe de la Izquierda, que aspiraba a volver a ser primer ministro del Land que ya gobernó cuando militaba en las filas socialdemócratas.

Lafontaine es la bestia negra del SPD desde que en 1999 abandonara el partido y la cartera de ministro de Hacienda por desacuerdos con el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder, al que acusaba de neoliberal. Ahora, el SPD acepta coaligar con la Izquierda en los parlamentos regionales, pero no en Berlín, contradicción que aprovechan sus rivales políticos. Die Linke, SPD y los Verdes podrían gobernar juntos en el Sarre y en Turingia.

Mientras, los partidos de ultraderecha tuvieron una mala jornada electoral. El neonazi Partido Nacional Democrático (NPD) perdió en Sajonia casi la mitad de los votos, pero mantendrá su Grupo Parlamentario porque alcanzó el mínimo necesario del 5%. Sin embrago, enTuringia y el Sarre, los neonazis no consiguieron superar esa barrera.

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