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Los golpistas imponen su campaña en Honduras

Los candidatos que apoyan la destitución de Zelaya inician la carrera para unas elecciones reprobadas por muchos hondureños. El régimen asegura que estos comicios traerán la paz

JUAN CARLOS RIVERA TORRES

En vez de vítores y aplausos, los candidatos de los partidos tradicionales en Honduras han recibido silbidos y abucheos en la primera semana de campaña para las elecciones del 29 de noviembre.

Hace unos días, el régimen de facto de Roberto Micheletti, a través del Tribunal Supremo Electoral (TSE), dio luz verde a los aspirantes a la Presidencia para que iniciaran su campaña, en medio de la crisis política desatada tras el golpe de Estado perpetrado el 28 de junio.

Muchos ciudadanos han lanzado huevos contra los candidatos

Elvin Santos, candidato del Partido Liberal, y Porfirio Lobo Sosa, aspirante del Partido Nacional, acusados de golpistas por los partidarios del presidente legítimo, Manuel Zelaya, deben sortear los objetos, por ejemplo, huevos y bolsas de agua que les lanzan los hondureños como muestra de desaprobación de estas elecciones convocadas por el régimen golpista.

Los aspirantes de los partidos minoritarios, que participan de manera independiente, se han mantenido a la expectativa y aún no han intentado salir a la calle en busca de los primeros votos. Pese a que tanto la ONU como la Organización de Estados Americanos (OEA) han advertido de que el próximo gobierno no será reconocido si sale de estas elecciones organizadas por los golpistas, los magistrados del Tribunal Supremo institución aliada de Micheletti han dado su visto bueno para que el 29 de noviembre se celebrarán estos comicios, en los que habrá observadores de Amnistía Internacional y de la Fundación Carter.

Los aspirantes críticos se retirarán si Zelaya no logra volver al país

Enrique Ortez Sequeira, hijo del efímero canciller de Micheletti y magistrado del Tribunal Supremo Electoral, considera que 'este proceso es atípico; lejos de lo que la gente piensa, estará tremendamente vigilado. Traerá la paz y habrá una alta participación'.

En las calles de Tegucigalpa, la capital, y San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país, lo que menos se observa estos días es entusiasmo y tranquilidad. Decenas de ciudadanos destruyen los carteles electorales y vallas publicitarias de los partidos mayoritarios y en las paredes de los edificios dejan pintadas como 'Pepe (Lobo) golpista', 'Elvin Santos traidor' o 'No queremos elecciones, queremos Constituyente'.

Israel Salinas, secretario general de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras y dirigente del Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado, dijo a Público que 'el Gobierno golpista pretende desviar la atención de los ciudadanos con una campaña política que no está teniendo efecto porque todos estamos pidiendo la restitución del presidente Zelaya para celebrar las elecciones'.

Los candidatos críticos con el Gobierno golpista aceptaron ante el Tribunal que sus fotografías aparecieran en la papeleta que se empleará en los comicios, ya que todavía tienen la esperanza de que Zelaya recupere el poder en Honduras en las próximas semanas con el apoyo de la comunidad internacional.

En el caso de que el presidente constitucional, desterrado por el reducido grupo de militares y empresarios que capitaneó el golpe, no retornara, estos líderes populares y todos los candidatos a diputados y alcaldes de sus partidos se retirarían de la contienda electoral y montarían una campaña para exhortar a todos los hondureños a abstenerse de votar.

Carlos Humberto Reyes, candidato independiente, explicó a Público que él desistirá del proceso electoral en caso de que el presidente no logre volver y la OEA mantenga al Gobierno de este país centroamericano sin voz ni voto en la organización.

'Nos retiraremos porque estas elecciones no serán legales y serían las más corruptas', comentó Reyes desde su residencia en Tegucigalpa. El candidato está convaleciente de una fractura provocada por los golpes asestados por militares durante una manifestación.

Antes de que las Fuerzas Armadas dieran la asonada, Reyes, después de varios meses de batalla, logró que el Tribunal inscribiera su candidatura. No obstante, ahora prefiere que los hondureños establezcan una Asamblea Nacional Constituyente para refundar el país. El Frente Nacional de Resistencia, que promueve una nueva Constitución, teme que uno de los candidatos de los dos grandes partidos tradicionales (Lobo Sosa o Santos) se convierta en presidente si la presión interna y externa no logra derrocar a Micheletti.

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