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Los maestros se niegan a ser policías en Francia

Más de 3.000 profesores rechazan la orden de Sarkozy de investigar a los alumnos más problemáticos a partir de los cuatro años paraevitar que se conviertan en futuros delincuentes

ANDRÉS PÉREZ

La palabra resistencia en Francia tiene un significado especial porque se usa cuando un grupo de ciudadanos decide defender la República frente a un poder antirrepublicano, por muy ilegal que sea hacerlo. Esa palabra es la invocada por más de 3.000 profesores de Primaria firmantes de 'Carta de Resistencia Pedagógica' para el inicio de curso.

El movimiento se formalizó en septiembre. Un núcleo de profesores vio que ni huelgas ni negociaciones lograron frenar ciertos planes del Ministerio de Educación. Medidas que, pese a ser presentadas como de interés general, a juicio de los maestros caminan hacia un Estado policial que destruye la escuela pública. El Gobierno creó hace dos años un fichero informatizado y central (BasEleves) basado en las ideas del presidente Nicolas Sarkozy, un hombre que cree posible detectar los gérmenes de un futuro delincuente en un chaval de 4 años.

Los directores de escuela están obligados a enviar al Ministerio los datos 'pedagógicos', suministrados por los maestros, de cada uno de los niños de entre 4 y 12 años. Su puesta en marcha coincide con los primeros globos sonda del Gobierno sobre la necesidad de autorizar la entrada de la Policía en los colegios, y la necesidad de rebajar la edad penal.

Los profesores también resisten contra la aprobación de nuevos programas, una nueva organización de las clases y nuevos horarios. Todo ello, aunque perfectamente argumentado desde la pedagogía y la eficacia por parte del Ejecutivo, ha conducido a una reducción de horarios, a un cierre de aulas y a la supresión de las clases reforzadas con pocos alumnos en barrios difíciles.

El recorte se ha notado en las zonas rurales, donde ya se han registrado conflictos. En la localidad pirenaica de Laroque dOlmes, los padres llegaron a retener a tres maestras hasta que intervino la Policía. El nuevo umbral para mantener tres clases de Primaria en un pueblo es de 50 alumnos. En Laroque dOlmes, sólo se presentaron 47, por lo que el Ministerio quiere cerrar la clase.

Los resistentes acusan a las reformas de buscar la destrucción del carácter igualitario del sistema público francés. 'En pleno conocimiento de causa, me niego a obedecer' a las nuevas consignas de Sarkozy, rezaba la carta fundacional del movimiento, en noviembre de 2008. Esas fueron las palabras de la misiva que un modesto profesor de Toulouse, Alain Réfalo, envió al inspector académico que le reprochó su desobediencia, y le retiró puntos de su escalafón de salario. Las sanciones de empleo y sueldo se han multiplicado. De ahí que a finales de agosto pasado, los resistentes abrieran una caja solidaria para pagar a los colegas sancionados. Se trata de un gesto similar al que, hace 40 años, tras mayo del 68, dio lugar al nacimiento de las primeras corrientes de liceos públicos autogestionarios. Los 3.000 maestros van a plantar cara.

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