España, México y Argentina han exigido la restitución del presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, antes de que se celebren las elecciones que están previstas en el país centroamericano para el próximo 29 noviembre.

La petición fue consensuada en un encuentro de trabajo que sostuvo en Nueva York el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, con los presidentes de Argentina y México, Cristina Fernández y Felipe Calderón, según informaron fuentes oficiales españolas.

Zapatero declaró en su discurso que 'la democracia tiene que volver a Honduras' y defendió la vuelta del presidente legítimo al país centroamericano tras ser derrocado por las fuerzas militares de la derecha el pasado 28 de junio.

Zapatero, Fernández y Calderón coincidieron en que si Zelaya no vuelve al poder con el tiempo suficiente para que las elecciones se celebren en un clima de normalidad, entonces esos comicios no tendrán legitimidad.

La situación en Honduras se ha recrudecido tras el regreso al país de Manuel Zelaya el pasado lunes. La represión de las fuerzas de seguridad golpistas en las calles de la capital se ha cobrado dos víctimas mortales en tan sólo 24 horas. 

Asimismo, apoyaron la petición del Gobierno de Brasil para que se convoque al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que aborde la crisis hondureña, y en particular la situación en su Embajada en Tegucigalpa, donde se encuentra refugiado Zelaya.

Además, les comunicó la intención de la OEA de enviar una segunda misión de ministros de Asuntos Exteriores a Tegucigalpa para promover una mesa de diálogo entre el presidente derrocado, Manuel Zelaya, y el líder del gobierno de facto, Roberto Micheletti.

Rodríguez Zapatero también ha abogado por avanzar en el proceso de paz en Oriente Medio para lograr dos Estados seguros, el de Israel y el de Palestina, que la comunidad internacional, dijo, tendrá que reconocer 'en un tiempo razonable'.

'El mundo tiene una tarea pendiente, la paz en Oriente Medio', manifestó Zapatero ante la Asamblea General de Naciones Unidas, donde pronunció un discurso centrado en la defensa del multilateralsmo, al igual que hiciera ayer Obama frente al auditorio de Naciones Unidas en Nueva York.

Zapatero, que iniciará una gira por la región el próximo 14 de octubre, al día siguiente de reunirse con el presidente estadoundense, Barack Obama, en la Casa Blanca, estimó que resulta imprescidible perseverar en la búsqueda de la paz en Oriente Medio por la proyección que tiene su inestabilidad en otros conflictos regionles.

'El mundo tiene una tarea pendiente, la paz en Oriente Medio'

Y la solución, en su opinión, pasará por contar con 'dos Estados seguros; el Estado de Israel y el de Palestina, el cual la comunidad internacional tendrá que pensar en reconocer en un tiempo razonable'.

El jefe del Ejecutivo destacó la influencia de ese conflicto en Afganistán y mostró su inquietud y preocupación por la situación que atraviesa el país.

No obstante, se mostró convencido de que la comunidad internacional sabrá encontrar la solución que, advirtió, 'no es ni puede ser sólo militar'.

A su juicio, la convicción compartida sobre el valor estratégico de la región y la solidaridad interna entre los países que están presentes en ella 'son más vigorosas que nunca' y serán determinantes para hacer frente a las actuales dificultades.

En su intervención, recordó que hace cinco años propuso en ese mismo lugar la creación de una Alianza de Civilizaciones, y celebró que la iniciativa tenga cada vez más aceptación en la comunidad internacional. 'Ha merecido la pena', indicó el presidente quien dijo que fue un acierto que la ONU la haya hecho suya.

'España trabajará junto a Turquía y el amplio grupo de amigos de la alianza para que pueda ser aprobada antes de que concluya este otoño', añadió Zapatero, para quien el diálogo de civilizaciones debe convertirse en la lengua materna de Naciones Unidas.

También se refirió a la importancia de fundar un nuevo modelo de economía sostenible en torno a las oportunidades que plantea la lucha contra el cambio climático. 'Ha pasado el tiempo de la conciencia y ha llegado el momento inaplazable de los compromisos. Ya no hacen falta más palabras, es el tiempo de los hechos', sentenió.

'Nos quedan 75 días hasta el comienzo de la Cumbre de Copenhague, que pueden ser para el futuro o para el fracaso. Copenhague debería ofrecer dos respuestas al mundo, sobre el qué y el cuándo. Una reducción de emisiones ambiciosa y en un horizonte cercano y definido', indicó el presidente.