La Resistencia hondureña encontró ayer un nuevo héroe. Y es español, de Cádiz. El joven Guillermo Urbano es el segundo detenido español en menos de una semana. La policía hondureña retuvo a Urbano, que se unió a la Resistencia hace un mes, durante el desalojo del Bulevar Morazán de Tegucigalpa el miércoles. Willy, como le llaman sus compañeros del movimiento, recibió un fuerte golpe en la espalda y fue reducido con contundencia por varios agentes. Descalzo y en volandas desapareció entre el mar de policías. Fue puesto en libertad posteriormente.

Guillermo no se arredró y ayer volvió a la lucha callejera; participó en la concentración frente a la Embajada de EEUU. 'Centroamérica sufre mucho, por eso he venido'. Willy era el foco de atención, recibía ánimos, le regalaban bolsa de agua. 'Yo no tengo nombre, me llamo Honduras. Mejor, llámame pueblo. Es el pueblo hondureño quien dirige esta Resistencia'. Guillermo destaca en las filas de la oposición por su altura y por su estética, con pearcings en su rostro. Duerme en una colonia pobre de la ciudad y vive como el resto de los zelayistas.

Los tres meses de lucha tras el golpe de Estado están pasando factura a los opositores. Varios cientos se manifestaron ayer frente a la embajada de EEUU en el cuarto día de estado de sitio, pero su voz cada vez suena más débil. 'Estamos aquí porque EEUU podría hacer mucho más por la restitución de Zelaya. Y si no lo hace es porque forma parte del golpe', dijo el líder sindical Juan Barahona.

Mientras, las negociaciones continúan entre bastidores. Los actores políticos insisten en la inminencia de un acuerdo que ponga punto final a la crisis, pero el presidente golpista Roberto Micheletti exhibe día a día su cara más feroz. Ayer no dudó en advertir que el embajador español sería expulsado si accediera al territorio hondureño.