El Ejército paquistaní ha puesto fin a más de veinte horas de ataque de un comando talibán contra su cuartel general de Rawalpindi, tras liberar a decenas de personas que el grupo de insurgentes mantenía como rehenes.

Las fuerzas especiales del Ejército consiguieron rescatar con vida a 39 personas, entre soldados y funcionarios, que los terroristas retenían en un edificio de los servicios secretos militares, pero otros tres rehenes fallecieron, informó a Efe el portavoz militar, Athar Abbas.

Sólo un insurgente, el presunto líder del grupo, fue capturado con vida. El cabecilla, identificado como Aqeel, alias 'Usman', resultó herido durante la operación e intentó activar una carga explosiva que portaba para evitar ser detenido, según la versión de algunos medios paquistaníes.

Los atacantes llegaron ayer provistos de armas automáticas y vestidos con uniformes oficiales en una furgoneta a las inmediaciones del complejo militar, pero fueron detenidos en la entrada, y comenzó un tiroteo con las fuerzas de seguridad, con varias explosiones de granadas incluidas. Murieron seis soldados paquistaníes en el enfrentamiento.

Seis insurgentes consiguieron escapar con vida y se introdujeron en un edificio de los servicios secretos del Ejército donde tomaron a los rehenes.

Inicialmente, el mando militar aseguró tener la situación 'bajo control' y haber rodeado a los insurgentes que seguían con vida, pero tiempo después admitió que el grupo era mayor de lo previsto y había tomado a personal militar como rehenes.

El suceso tiene lugar después de que el viernes un atentado suicida causara medio centenar de muertos y un centenar de heridos en una zona comercial de la ciudad noroccidental de Peshawar.

Las fuerzas de seguridad paquistaníes combaten actualmente en varias áreas del noroeste de Pakistán a la insurgencia talibán, que ha amenazado con responder con ataques en todo el país.