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La izquierda alternativa saca pecho en la UE

La crisis económica y de la socialdemocracia dan alas a los grupos más a la izquierda, que obtienen resultados históricos

PERE RUSIÑOL

En las recientes elecciones alemanas, la izquierda pulverizó varios récords: los marxistas llegaron al 12%, los verdes superaron por vez primera el 10%, el conjunto de la izquierda alternativa se encaramó por tanto a un increíble 22,6% y los socialdemócratas cosecharon el peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial con apenas el 23%. Resultado de tanto hito histórico: gobernará la democristiana Angela Merkel.

La izquierda a la izquierda de la socialdemocracia, comatosa desde la caída del Muro de Berlín, hace ahora 20 años, ha regresado a la arena política de la UE a lomos de la crisis económica, aunque aún no se sabe si el auge servirá para frenar o acelerar el giro a la derecha de los gobiernos del continente. Ni en la época boyante del eurocomunismo habían sumado tantos sufragios opciones alternativas como en las tres últimas elecciones celebradas en Europa: el 22% en Alemania, el 17,7% en Portugal (entre postrotskistas y comunistas) y el 14,67% en Grecia, entre comunistas, alternativos y ecologistas, pese a que los socialistas crecieron y recuperaron el Gobierno.

'El voto se ha vuelto ahora más volátil y libre', opina Fernando Vallespín

'La crisis ha hecho aflorar un voto protesta de gente que acusa a la socialdemocracia de abandonarles y de colaborar demasiado con los culpables de la crisis', afirma Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política, quien añade: 'El voto se ha vuelto más volátil y libre, menos vinculado a una identidad que aseguraba siempre un suelo muy alto a la socialdemocracia. La situación ha cambiado: ahora debe ganarse cada voto'.

La mayor sorpresa ha sido la del Bloque de Izquierda, en Portugal, en cuyo origen están pequeños grupos trotskistas. En 2002, obtuvo el 2,8%. Ahora suma el 9,85%, a costa sobre todo de los socialistas, que sin embargo continuarán gobernando. 'Nos han votado muchos socialistas descontentos con la deriva neoliberal de su partido', afirma, eufórico, el historiador Fernando Rosas, diputado del Bloque.

Alemania, Portugal y Grecia confirman la tendencia. En España, el declive ha sido constante desde que despuntaba con Julio Anguita

¿Para qué servirá este crecimiento si no hay acuerdo de gobierno de izquierdas, una posibilidad descartada por todos? 'Para luchar, para ir construyendo un modelo alternativo que tienda puentes con el ala izquierda del Partido Socialista', responde Rosas.

En Alemania, en cambio, la prioridad de La Izquierda no es construir movimiento, sino gobernar. El partido, surgido de la fusión de socialdemócratas desencantados del oeste y la formación heredera del partido único del este, busca sobre todo respetabilidad: dejar de ser los apestados vinculados a un pasado siniestro.

A pesar de que La Izquierda ha crecido gracias a tachar de neoliberales a los socialdemócratas, su gran objetivo es llegar a pactar con ellos: 'Ahora tenemos al fin una gran oportunidad para cooperar con socialdemócratas y verdes', explica Helmut Scholz, eurodiputado de La Izquierda. Y añade: 'Si se hubiera dado el signo antes de las elecciones, ahora no gobernaría Merkel'.

'Este partido puede tener propuestas disparatadas, pero no tiene ningún sentido que a estas alturas esté todavía en la travesía del desierto', considera Ludolfo Paramio, histórico dirigente del PSOE que acaba de publicar La Socialdemocracia (Catarata).

A su juicio, aún es pronto para saber si la socialdemocracia tradicional podrá recuperar tantas fugas a su izquierda. Eso sí, Paramio descarta que la ruptura entre las dos izquierdas, reformista y revolucionaria, adquiera la importancia que tuvo durante tantos años en el siglo XX tras el cisma bolchevique.

En España, la evolución a la izquierda del PSOE ha ido en la línea contraria a la de la UE. En 1996, la Izquierda Unida de Julio Anguita despuntaba en Europa acariciando el 10%. Desde entonces, el declive ha sido constante, hasta caer por debajo del 4% en 2008.

En opinión de Willy Meyer, eurodiputado de IU, la causa de la caída fue la indefinición del mensaje. 'No ha sido hasta la última asamblea que IU se ha colocado unánimemente contra el capitalismo y a favor de una alternativa global al sistema', apunta Meyer. 'Esta contundencia es la que explica éxitos como La Izquierda y el Bloque y ahora vamos en la misma dirección', concluye.

La gran diferencia hay que buscarla sin embargo fuera de la izquierda alternativa: en España, el PSOE ha mostrado una fortaleza muy superior a la de hermanos otrora tan poderosos como los alemanes. 'Donde se tienen claros los valores, la socialdemocracia goza de salud; si se abandonan, pasa lo de Alemania', subraya Jesús Caldera, vicepresidente ejecutivo de Ideas, think-tank del PSOE.

Ideas acaba de organizar su primera conferencia internacional, que reunió a principios de mes en Madrid a 200 expertos de 30 países y puso de manifiesto la gran encrucijada que afronta la rama progresista mayoritaria: mientras Giovanna Melandri, ex ministra de Cultura italiana, abogaba por situarse claramente en un espacio postideológico, Par Nuder, ex ministro sueco de Finanzas, propugnaba volver a las fuentes: 'Sí a la economía de mercado, no al capitalismo', clamó. El debate fue de primer nivel, pero la encrucijada sigue donde estaba.

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