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Brasil integra a los presos gays

Minas Gerais abre el primer módulo carcelario para homosexuales y travestis

HENRIQUE MARIÑO

Cuando Walkiria La Roche se convirtió en la primera transexual brasileña en ocupar un cargo público, percibió que una de las luchas que debía emprender con urgencia era la mejora de la situación de los homosexuales encarcelados. Más allá de la corrupción, el hacinamiento y la violencia que sufren los presos de su país, el colectivo que defiende se encontraba especialmente desprotegido debido a su orientación sexual y era víctima de agresiones y violaciones por parte de otros reclusos.

La directora del Centro de Referencia de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Travestis, Transexuales y Transgéneros (GLBTTT) del Estado de Minas Gerais tomó entonces la decisión de crear un módulo especial para gays y transexuales, principales víctimas entre rejas, en la cárcel de Sao Joaquim de Bicas. Este proyecto piloto, iniciado el pasado abril con carácter experimental, podría extenderse a otros penales en caso de resultar exitoso.

'Tras visitar varios presidios en los alrededores de Belo Horizonte, fui consciente del número cada vez mayor de ciudadanos travestis y gays privados de libertad. Ellos me hablaron de sus sufrimientos: recibían insultos de todo tipo, se veían sometidos a abusos sexuales y les habían robado sus identidades de género, rapándoles el cabello mientras los heterosexuales seguían con su pelo normal', explica a Público La Roche, que trabaja para la Secretaría de Desarrollo Social.

Si va adelante su proyecto, el ala habilitada en los centros penitenciarios brasileños constaría, en principio, de diez celdas para cuatro reos cada una. En ellas residirían sólo los que lo solicitasen. 'Travestis y gays afeminados que asumen su orientación sexual. Recordemos que Brasil es un país machista y muchos no lo hacen por miedo a represalias', asegura la directora del Centro de Referencia GLBTTT, quien rechaza que la medida implique la creación de guetos y considera que la seguridad y la salud son lo primero.

'El objetivo del módulo no es segregar, sino ampliar el acceso a políticas de prevención de las enfermedades de transmisión sexual. La salud es un problema de todos los encarcelados y no sólo de los homosexuales. Muchos presos mantienen relaciones sexuales con más de 20 personas y, cuando le pregunté a la dirección del presidio si entregaban preservativos, me dijeron que allí no había sexo entre hombres. Una gran equivocación', opina La Roche.

No se trata de conceder privilegios a los homosexuales, sino de evitar situaciones de riesgo, atajadas hasta ahora con métodos que terminaban perjudicándoles. Así, las autoridades del Estado de Minas Gerais han relatado casos de presos que tenían que ser confinados en celdas seguras para no ser agredidos, sin poder circular libremente por las instalaciones ni salir al patio a tomar el sol.

'Estos presos han visto vulnerados gran parte de sus derechos, por lo que este proyecto busca que no sean doblemente castigados por los actos ilícitos que cometieron y, además, por su condición sexual', recuerda la responsable de la iniciativa, que ha recibido críticas de asociaciones gays por no plantear que los travestis sean trasladados a cárceles femeninas.

El programa se complementará con un proyecto de resocialización y rehabilitación de los penados. Así, intentarán a través de la Secretaría de Estado de Defensa Social garantizar la reducción de penas, así como su inclusión en el mercado laboral y su capacitación profesional en sectores diversos.

'Si a ello sumamos la capacitación de los que trabajan cada día con el ciudadano encarcelado, este proyecto podrá convertirse en una referencia para todo el mundo'.

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