Con el huracán Ida debilitado y lejos ya de El Salvador, autoridades, familiares y voluntarios buscan a los centenares de personas que desaparecieron durante las lluvias torrenciales y los corrimientos de tierras provocados por Ida el fin de semana.

Sólo en Verapaz, el departamento más castigado por el huracán (al este del país), se buscan 'a unas 600 personas', aseguró ayer el gobernador de San Vicente, Manuel Castellanos.

Hasta el momento se han recuperado 130 cuerpos sin vida, pero la cifra aumentará a medida que avancen las tareas de rescate y evacuación. El ministro de Gobernación, Humberto Centeno, precisó que un 40% de las víctimas son menores de edad. Muchas de ellas quedaron atrapadas bajo los escombros de edificios que no resistieron el embate de vientos de más de 150 kilómetros por hora y las riadas.

El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, ha declarado el estado de emergencia en el este del país, adonde tenía previsto desplazarse ayer por la tarde. 'Las imágenes que hemos visto son las de un país devastado. La magnitud de los daños es incalculable', dijo Funes en un mensaje televisado el domingo por la noche. El presidente salvadoreño describió ese día como 'uno de los más trágicos' de los que se tenga memoria en el país.

El Gobierno ha habilitado casi un centenar de albergues en diferentes municipios, donde han sido realojadas por ahora más de 10.000 personas que han perdido sus hogares. Protección Civil hizo ayer un primer listado de los daños materiales causados por Ida, en el que destaca la destrucción parcial de casi 2.000 viviendas y 18 puentes.

El Sistema Nacional de Estudios Territoriales confirmó que la capacidad destructora de Ida aumentó al combinarse con un sistema de baja presión en el Pacífico. Su pronóstico meteorológico para las próximas horas prevé más lluvias, pero de baja intensidad.