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El SPD alemán hace borrón y cuenta nueva

El partido estrena cúpula y busca un mensaje renovado

GUILLEM SANS MORA

Cuatro minutos de aplausos de compromiso se llevó ayer Franz Müntefering en su discurso de despedida como presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Müntefering, de 69 años, habló durante una hora en Dresde para decir adiós al partido que marcó decisivamente durante la época de Gerhard Schröder y que acaba de aterrizar violentamente en la oposición con un desastroso 23% de los votos en las elecciones del pasado 27 de septiembre. Los delegados eligieron ayer al ex ministro de Medio Ambiente Sigmar Gabriel como nuevo presidente con el 94% de los votos.

El SPD busca los motivos de la debacle y ahí aparece siempre el nombre de Müntefering, el nieto político de Willy Brandt que más poder logró acumular en el partido. Para muchos socialdemócratas, Müntefering es sinónimo de autoritarismo y de una alergia al debate interno que ha tenido consecuencias desastrosas.

En el congreso, Müntefering reconoció indirectamente que la dirección cometió errores en los últimos años. 'La dimensión de la derrota es lo que asusta. Algo así no llega en un año o en una legislatura', dijo. Insinuó que los responsables de la catástrofe no son sólo él y Frank-Walter Steinmeier, el derrotado rival de la canciller Angela Merkel y ahora líder del grupo parlamentario. El partido 'debe hacer autocrítica', reclamó Müntefering, una tarea que dejó a sus sucesores.

Mucho hubo que leer entre líneas en su discurso, también las críticas veladas a reformas como la 'jubilación a los 67 años' y la fusión de la prestación a los parados de largo tiempo con la ayuda social, dos medidas que hicieron perder al SPD su condición de defensor de la justicia social.

De momento, la nueva directiva se muestra más bien cautelosa ante la herencia de Schröder. Steinmeier no descarta enterrar la 'jubilación a los 67', pero la nueva secretaria general, la líder del ala izquierda Andrea Nahles, dijo ayer que eso 'no hay que decidirlo ahora'.

La misma prudencia se manifestó en la cuestión de acercarse a La Izquierda. De momento, los pactos con la formación se limitan a los länder. Nahles cree que no dependerá sólo del SPD, sino también de La Izquierda, y Gabriel dijo ayer que el partido 'necesita cualquier cosa menos debates especulativos sobre posibles coaliciones'.

Los Verdes, en cambio, lo tienen muy claro, pero en otro sentido. 'No vamos a limitar nuestras opciones al bando de la oposición', dijo ayer su líder Renate Künast. Los ecopacifistas acaban de pactar un inédito Gobierno con democristianos y liberales en el Sarre.

En 1959, el SPD se abrió a amplias capas de la sociedad al renunciar al marxismo en el histórico congreso de Bad Godesberg. Cincuenta años después, el partido busca un nuevo mensaje para volver a liderar un proyecto político de izquierdas en Alemania.

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