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Los ultras se movilizan contra los minaretes

En Francia, Reino Unido e Italia se alaba la decisión de Suiza y surgen voces a favor del referéndum

DANIEL DEL PINO

La prohibición de nuevos minaretes en Suiza está sirviendo de caldo de cultivo de una ola de iniciativas por parte de los partidos ultras de los principales países europeos. En el Reino Unido, Francia e Italia, el debate ha comenzado con un discurso racista y xenófobo que habla no sólo de las mezquitas, sino de islamización, conquista y de democracia. Los imanes en Francia previenen contra el rechazo y proponen que los minaretes sean menos llamativos.

Los partidos ultras recurren una vez más al populismo y a la demagogia para ganarse al pueblo en tiempos de crisis. La decisión de Suiza de prohibir la construción de nuevos minaretes como medida para combatir la inmigración ilegal, está sirviendo de excusa para que las organizaciones fascistas de los principales países europeos levanten la voz y reclamen medidas parecidas.

A algunos, como el British National Party (BNP) del Reino Unido, la noticia le ha venido que ni pintada después de años y años alarmando con una supuesta islamización del país. 'El invitado conquista', titula un artículo de opinión David Morris, del BNP. En él, advierte del supuesto trato de favor que el Gobierno de Gordon Brown da a los inmigrantes y se lamenta de cosas como que una de las nuevas iniciativas para acabar con el extremismo en el país sea perseguir a los blancos racistas.

Es normal que estas cosas le escuezan al BNP. Por una parte, los laboristas son todo menos gentiles con los inmigrantes. Su nueva política de fronteras se respalda con datos: En el último cuarto de 2009, el 79% de las peticiones de asilo han sido denegadas; ha descendido un 12% el número de permisos de trabajo a extranjeros; y 17.055 personas han sido expulsadas del país.

Por otra, el BNP tiene como bandera la protección de los indígenas blancos. Según la definición que su líder, Nick Griffin, hizo al programa Question Time de la BBC, 'las personas que vivían en las islas antes de la llegada de los romanos'. La Comisión de Igualdad y Derechos Humanos obligó al partido en octubre a admitir a miembros que no fueran blancos, ya que uno de los requisitos para pertenecer al BNP es ser blanco y británico.

La Lega Norte italiana es la que menos ha tardado en proponer que el país siga la ley suiza. Ayer, el viceministro de Transporte, Roberto Castelli, dijo que 'una vez más recibimos una lección de civismo de los suizos' y por eso abogó ayer porque su partido pida 'en el próximo proyecto de ley de reforma constitucional, la inclusión de la cruz en la bandera italiana'. La idea tuvo sus apoyos en el ministro de Exteriores, Franco Frattini, quien la calificó de 'sugerente' y no le cerró las puertas.

'Por ahora queremos defender el derecho a tener curcifijos en las aulas [...] y después veremos si se puede hacer', dijo. 'En el fondo, -añadió- hay nueve países europeos que tienen cruces en sus banderas, es una propuesta absolutamente normal'.

Esta mañana, los diarios italianos hablaban de ir más allá y explicaban cómo la Lega quiere promover un referéndum de características parecidas en Italia. El europarlamentario Mario Borghezio dijo: 'Del referéndum sobre los minaretes en Suiza al de las mezquitas en Italia. Es urgentísima la consulta'. Palabras que también tuvieron su respuesta por parte del ministro de Interior, Roberto Maroni: 'Siempre es útil en democracia escuchar lo que quiere el pueblo y no solo a las élites más o menos iluminadas. La Lega lo hace'.

El Front National de Le Pen ha retomado el discurso de la islamización en Francia al mismo tiempo. En su página web, hoy puede leerse un artículo de Marie-Christine Arnautu, cabeza de lista del partido por Ille de France titulado: 'Proverbio suizo: cuando sabemos lo que sabemos, cuando vemos lo que vemos, tenemos derecho a pensar lo que pensamos'.

En él critica las subvenciones gubernamentales a la construcción de minaretes o de 'simples salones de té'. 'Pero Francia no es Suiza -añade- y la democracia no tiene el mismo significado'.

El FN también tiene un largo historial de manifestaciones xenófobas y racistas. A la historia pasarán los comentarios de su líder espiritual, Jean-Marie Le Pen, cuando durante el mundial de Alemania en 2006 dijo que había 'demasiados negros' en la selección nacional.

Sobre el islam, han promovido numerosas consultas para que 'no se convierta en la primera religión de Francia' o para que Francia 'no sea tierra del islam, sino de Francia'.

Es probable que sobre todo en Francia, donde se calcula que más de un 3% de la población es musulmana, pueda haber reacciones en la calle. Algunos imanes han pedido hoy calma a los fieles y sugieren que quizá, los minaretes que se construyan deberían ser menos llamativos para no crear rechazo, informa Le Figaro.

Tareq Oubrou, líder espitritual de la mezquita de Burdeos, dice que 'el minarete no es una obligación coránica, sino un elemento aqruitectónico tradicional que se emplea para llamar a los fieles a la oración. No es para nada necesario en Francia'.

Oubrou es el máximo representante de la Liga de Hermanos Musulmanes en Francia y las ideas entre ellos son similares. Otro iman citado por el diario, El Hadj Amor cree que 'es tan sólo un ornamento. No llamaremos a la oración. Pero es importante que los centros de culto musulmán se destaquen'.

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