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Obama se lanza a ganar la guerra afgana en dos años

El presidente de EEUU da la orden de enviar otros 30.000 soldados a Afganistán y fija el inicio de la retirada en julio de 2011. Washington subraya que ese plazo es provisional y puede variar

ISABEL PIQUER

Barack Obama ha puesto fecha provisional al inicio de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. El presidente presentará el envío de 30.000 nuevos soldados , en un discurso pronunciado en horario de máxima audiencia, a una guerra lejana y costosa como parte de una escalada militar que marcará el principio de un repliegue progresivo y reversible si las circunstancias empeoran en julio de 2011.

Las tropas, adelantó un alto funcionario antes de la intervención, empezarán a dejar el país asiático dentro de año y medio, a medida que transfieran responsabilidades a las fuerzas de seguridad afganas. La fecha, se insistió desde Washington, es sólo 'el principio de un proceso que no tiene ni final ni ritmo' fijados de antemano y que podría cambiar si lo exige la situación bélica sobre el terreno.

La idea de un plazo que 'sin duda será malinterpretado', reconoció el propio responsable cumple la función estratégica de imponer cierta premura a todas las partes en conflicto: estadounidenses, afganos y aliados. Porque, como reiteró el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, la presencia militar estadounidense no es 'un compromiso abierto' e interminable y no se trata de 'construir una nación', sino de desmantelar Al Qaeda y evitar que los talibanes se hagan con el poder.

El despliegue se escalonará hasta el verano y atacará los bastiones talibanes

Kabul deberá contribuir activamente a su propia salvación. El mandatario estadounidense insistió en la necesidad de que el Gobierno de Hamid Karzai, debilitado por constantes acusaciones de corrupción, asuma sus responsabilidades.

EEUU atacó Afganistán el 7 de octubre de 2001, en la Operación Libertad Duradera, para acabar con el régimen talibán, eliminar Al Qaeda y capturar a Osama Bin Laden. Ocho años más tarde no se ha cumplido ninguno de estos objetivos y la desestabilización en la zona se ha contagiado a Pakistán.

'El argumento de Al Qaeda que se usó después de los atentados del 11-S ya no sirve, ahora Obama debe insistir en los peligros de un desequilibrio regional y es mucho más complicado', asegura Lawrence Korb, del instituto de análisis Center for American Progress. 'Es muy importante que la presencia no se compare con las ocupaciones británica ni soviética'.

La iniciativa, sumada al envío el pasado marzo de otros 20.000 soldados, triplica de hecho el número de tropas hasta casi 100.000. Los marines serán los primeros en llegar, estas Navidades. Será la avanzadilla de un despliegue que se escalonará hasta el verano, la mayor parte en Kandahar, región con más presencia talibán. Muchos de los refuerzos se destinarán a entrenar al Ejército y la Policía afganos.

Obama ha tardado 92 días en tomar su decisión, desde que recibiera el informe del comandante de las fuerza de la OTAN en Afganistán, el general Stanley McChrystal. Las amplias filtraciones a la prensa, que desvelaron las opciones presentadas por el responsable militar (de 15.000 a 40.000 soldados más), las incesantes críticas republicanas, el malestar demócrata, no influyeron en el proceso de decisión o de indecisión según sus críticos de la Casa Blanca.

Con este refuerzo, Obama habrá triplicado las tropas hasta sumar 100.000

El ex vicepresidente Dick Cheney, que no acaba de retirarse, acusó a Obama de proyectar una impresión de 'debilidad' al haber tardado tanto. 'Cada retraso, cada día de más, cada cambio de posición lleva a una pregunta: ¿Está el comandante en jefe detrás de todo esto?', declaró en una entrevista a la página web Politico el ex responsable conservador.

Paradójicamente, cuando se vote la aprobación de las tropas en el Congreso, Obama deberá apoyarse en el respaldo republicano que tanta guerra le está dando en otro frente, el de la reforma sanitaria, sobre todo cuando pida los estimados 30.000 millones de dólares extra (más o menos un millón por soldado) que costará el despliegue.

La estrategia ha sido comparada a la operación (en inglés surge) que mandó 20.000 soldados a Irak a principios de 2007, cuando la guerra civil estaba en su momento más álgido, y que consiguió rescatar al país del colapso.

Estados Unidos no quiere quedarse solo en el esfuerzo y espera que la OTAN mande entre 5.000 y 10.000 nuevos soldados. El enviado especial en Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, viajarán a Bruselas esta semana para convencer a sus aliados. Este viernes la Alianza precisará su participación.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, no descarta aumentar el número de tropas españolas en Afganistán, posibilidad sobre la que –según subrayó– “el Parlamento tiene mucho que decir”. Zapatero dijo que la posición del Gobierno se anunciará “en tiempo y forma” cuando regrese a Madrid. “Lo lógico es que la respuesta la dé en España y la traslade antes a los grupos políticos”, alegó durante la rueda de prensa con la que cerró su participación en la XIX Cumbre Iberoamericana, celebrada en Estoril (Portugal).El presidente tiene previsto hablar en las próximas horas con el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, para “recibir información sobre la iniciativa y evaluar la situación”.  El encargado de negocios de la Embajada de EEUU en Madrid, Arnold Chacón, aseguró que España es “un socio esencial” y pidió su “total solidaridad”.

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