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Un ejército civil toma Copenhague

Unos 30.000 miembros de ONG y sindicatos ocuparán las calles de la capital danesa e irrumpirán en las negociaciones. Cuatro activistas españoles cuentan qué esperan de la cita

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Miembros de la ONG Oxfam se manifestaron, disfrazados de líderes políticos, en la pasada cumbre de Barcelona. - OXFAM
Oxfam
'Daremos voz a los países más pobres'

Ángela Corbalán irá a Copenhague a exigir financiación para las naciones menos desarrolladas.

Trabajó durante cuatro años en la CCTV, la cadena de televisión estatal china, cubriendo la información sobre los mercados financieros. Pero ha cambiado totalmente de vida. Corbalán (Barcelona, 1980) es ahora la responsable de comunicación de la oficina europea de Oxfam, un grupo de ONG que trabaja para erradicar la pobreza en el planeta. Irá a Copenhague para “dar voz a los países menos desarrollados”.

La periodista española no estará sola. El pacifista surafricano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, la ex presidenta irlandesa Mary Robinson (Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos entre 1997 y 2002), y el dúo musical malí Amadou y Mariam participarán en las actividades de Oxfam durante la cumbre. Su tarea es colosal. Corbalán, como el resto de su organización, reclama a los países ricos la creación de un Fondo Global para el Clima que cuente con 110.000 millones de euros en 2020. Pero, matiza indignada, “que no lo saquen del 0,7% del PIB que debe destinarse a ayuda al desarrollo”.

El premio Nobel Desmond Tutu apoyará a la ONG en sus demandas

La activista utilizará la página de mensajes instantáneos en Internet Twitter para informar al minuto de los entresijos de la cumbre. Y otro compañero, un joven bloguero, escribirá a diario sobre los movimientos de la delegación española en www.adoptanegotiator.com. Sin embargo, la gran pelea estará en la calle. El sábado 12 de diciembre, las principales organizaciones ecologistas, sindicales y de ayuda al desarrollo han convocado una cadena de manifestaciones sincronizadas por todo el planeta para exigir a los líderes políticos “acción urgente contra el cambio climático”. Esperan movilizar a cientos de miles de personas.

Corbalán estuvo en diciembre del año pasado en la cumbre del clima de Poznan (Polonia), una de las últimas estaciones antes de Copenhague en las negociaciones para frenar el cambio climático. En aquella ocasión, el cónclave fracasó por la financiación. Los países ricos no se pusieron de acuerdo en cómo compensar a los pobres por los efectos del calentamiento. Para la activista, no puede volver a ocurrir. “Si no ponen suficiente dinero sobre la mesa, será un colapso total”, zanja.


“Hay otros grupos de presión que están intentando que la cumbre no salga adelante'

Mar Asunción, nacida en Madrid en 1960, lucha desde su propia casa contra el cambio climático. Se ha comprado un lavavajillas clase A que emplea el agua caliente de su panel solar. Pero en Copenhague no verá la luz del Sol. Como responsable del programa de Cambio Climático de WWF, Asunción se dedicará “a hacer lobby político”: buscar apoyos entre los delegados de los diferentes países para que apoyen sus reivindicaciones.

En la capital danesa tendrá competencia. “Hay otros grupos de presión que están intentando que la cumbre no salga adelante, sobre todo las petroleras y las eléctricas”, se lamenta. Una de sus principales demandas será “reducir un 70% la deforestación de los bosques tropicales en 2020”.


“Vamos a Copenhague a demandar que el acuerdo sea global'

El secretario confederal de Medio Ambiente de Comisiones Obreras, Llorenç Serrano, asistirá a decenas de actos sindicales en la llamada contracumbre de Copenhague. Y de uno a otro se desplazará en bicicleta, gracias al servicio gratuito de préstamo de estos vehículos que existe en la capital danesa. Serrano (Barcelona, 1964) acudirá a la cumbre para “exigir una transición justa para los trabajadores” que garantice que no se destruyan empleos sin ofrecer alternativas. “Si sólo la UE reduce sus emisiones, los sectores más contaminantes, como el siderúrgico, las papeleras y las cementeras, estarían en riesgo”, señala. “Vamos a Copenhague a demandar que el acuerdo sea global y vinculante para todos”, proclama.


La responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace, Aida Vila, llegará a la cumbre escoltada por la armada ecologista: los buques Rainbow Warrior y Arctic Sunrise, que atracarán en el puerto de Copenhague. Vila, barcelonesa de 32 años, dice que su ONG va a Dinamarca a “movilizar” a la sociedad. “Necesitamos que los políticos sientan que la ciudadanía está informada y les exige actuar”, explica.

“No me voy a colgar de ningún edificio, pero habrá actividades sorpresa”

Cada día, la Red de Acción por el Clima, en la que está Greenpeace, concederá un premio al país más negativo en la jornada de negociaciones. A Vila también le tocará hacer lobby político. “No me voy a colgar de ningún edificio, pero habrá actividades sorpresa”, bromea.

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