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Seísmo financiero en el seno de la revolución bolivariana

Venezuela interviene ocho bancos y ordena el arresto de varios empresarios

DANIEL LOZANO

Terremoto político y financiero en las entrañas de la revolución bolivariana. El Gobierno ha intervenido ocho bancos, una importante aseguradora y una casa de bolsa. Varios empresarios y banqueros están detenidos, incluido el presidente de la Comisión Nacional de Valores, y se han cursado circulares a la Interpol para capturar a otros. El ministro Jesse Chacón, un histórico de la Revolución, ha dimitido al conocerse las implicaciones de su hermano, también encarcelado, con la trama corrupta. Otros se tambalean.

¿Se trata de una nueva fase de expropiaciones de la Revolución? No. Los grupos financieros intervenidos pertenecían a empresarios emergentes de la boliburguesía, la nueva clase social surgida al calor del chavismo, enriquecida gracias a sus negocios con el entorno del Estado.

Chávez lo explicó a su manera: 'Un grupo de ladrones, asaltantes, estafadores, que quieren ser ricos, que quieren ganar dinero, son víctimas de la propaganda del capitalismo'. La oposición no es tan condescendiente: 'Se va a poner de manifiesto la complicidad, por no decir la coautoría, de funcionarios públicos y particulares para conformar enormes y groseras fortunas', denunció Henry Ramos, líder de Acción Democrática.

Manejos oscuros, problemas de solvencia y autocartera y una elevada dependencia de depósitos públicos han provocado la intervención de los bancos Canarias, BanPro, Baninvest y Bolívar y la 'recuperación' de Confederado, Central y Real, que pasarán a formar parte del Banco Bicentenario. A ellos se unió en las últimas horas el BaNorte, 'por una situación de falta de liquidez que no le permite cubrir sus obligaciones a corto plazo', según el comunicado de la Superintendencia de Bancos.

'La tormenta financiera no está todavía bajo control, hay que estar pendientes de los más vulnerables, los bancos pequeños y las aseguradoras vinculadas. Los bancos fuertes son suficientemente sólidos. Esta crisis no tiene nada que ver con la internacional y tampoco provocará mayores consecuencias económicas. Las amenazas de Chávez, de intervenir todo el sistema financiero, son sólo eso, amenazas', señaló a Público un alto directivo de la banca pública venezolana.

La importancia de estos bancos es pequeña: el 8,2% del total nacional. Ello no evitó largas colas de clientes angustiados. Muchos recordaron el tsunami financiero de 1994, cuando la crisis bancaria colapsó el sistema.

Si el Gobierno decide la rehabilitación de los bancos, sus clientes recuperarán su dinero. Si se apuesta por la liquidación, será el Fondo de Garantía quien se haga cargo de 10.000 bolívares por cuenta, que puede ascender hasta 30.000. Chávez ha garantizado que los clientes recuperarán su dinero antes del 24 de diciembre.

La crisis bancaria sucede en el peor momento para Chávez. Acuciado por la crisis energética y de agua, con una inflación que alcanza el 26% anual y con los estudiantes en pie de guerra tras el asesinato de un joven manifestante en la fronteriza Táchira, el presidente bolivariano acabó la semana con otra bofetada estadística: es el político menos valorado por los latinoamericanos, con 3,9 puntos. Su gran enemigo, Obama, lidera el ránking del Latinobarómetro 2009 con 6,4.

La corrupción de funcionarios y boliburgueses puede convertirse en un boomerang. Sólo hace falta saber su dirección: Chávez puede socavar el 46,2% de popularidad que mantiene tras 11 años o, por el contrario, alzarse como un garante anticorrupción en un país en el puesto 162 de Transparencia Internacional, el penúltimo del continente, tras Haití.

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