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La Eurocámara vetará el control de datos por EEUU

Una mayoría de eurodiputados amenaza con tumbar un acuerdo antiterrorista

DANIEL BASTEIRO

El rastro europeo del dinero que desde los atentados del 11-S sigue EEUU se interrum-pirá, previsiblemente, la semana que viene. Una mayoría de diputados de todos los colores podría tumbar uno de los ejes de la cooperación antiterrorista entre Estados Unidos y la Unión Europea.

Como parte de la lucha contra el terrorismo después de los atentados de 2001, Washington comenzó a escrutar escrupulosamente los datos bancarios de millones de personas a través de la vigilancia de las transferencias internacionales. A través del servidor en EEUU de la multinacional SWIFT, empresa que domina el sector, la Administración de George Bush accedió desde entonces libremente a una base de datos que registra aproximadamente 15 millones de transferencias internacionales al día.

Washington tiene acceso a los datos de transferencias bancarias de SWIFT

Ayer entró en vigor un primer acuerdo entre EEUU y la UE, con carácter interino, para normalizar el uso de estos datos, prioritarios según EEUU para destruir la capacidad logística y financiera de los grupos terroristas. La Eurocámara, gracias a los nuevos poderes que le da el Tratado de Lisboa, podría tumbar el pacto por haberse quedado al margen de la negociación, dirigida por los 27 gobiernos. También alberga dudas en cuanto al uso de estos datos, privados y sensibles, por parte de EEUU. El Partido Popular Europeo, mayoritario en la Eurocámara, está dividido, mientras que una mayoría de los socialistas se oponen al acuerdo, junto a liberales, verdes y comunistas. Los diputados alemanes de todos los colores están unidos en contra del pacto. Los parlamentarios insisten en la aplicación de las leyes europeas en materia de protección de datos y privacidad.

La UE se escandalizó hace varios años, cuando comprobó que su aliado transatlántico había estado espiando datos de ciudadanos europeos sin remitir ni siquiera un acuse de recibo. El nuevo acuerdo, que vencería en nueve meses, incluye mecanismos de control por parte de la UE y acota el tiempo que EEUU puede guardar los datos.

UE y EEUU pactaron darse información de las transacciones monetarias privadas

Fuentes estadounidenses se declararon 'muy satisfechos con el acuerdo, que ha sido muy difícil de lograr', y esperan que la negociación de un pacto definitivo, previsto para este año, cierre las heridas todavía sangrantes para el Parlamento Europeo.

El PP español todavía no ha decidido el sentido de su voto, mientras que Juan Fernando López Aguilar, líder de los socialistas españoles, confirmó a Público el sí de su delegación. 'En una nueva era en las relaciones con EEUU [el no] sería un precio claramente alto', aseguró.

'Sería una señal equivocada el negar un acuerdo al que EEUU le da la máxima importancia', señala López Aguilar en cuanto a la política de seguridad de Barack Obama, que también incluye una gran presión para la introducción de escáneres corporales en los aeropuertos.

¿Qué es el ‘Acuerdo SWIFT’?
Es el nombre por el que se conoce al nuevo pacto entre la Unión Europea y Estados Unidos para compartir datos de transferencias bancarias internacionales de ciudadanos europeos. La Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication (SWIFT) es la empresa líder en el sector a nivel mundial. Por sus servidores pasan al día 15 millones de operaciones, realizadas a través de 8.000 bancos. El acuerdo entró en vigor ayer y estará vigente nueve meses.

¿Para qué se utiliza?
Un ejemplo: si un europeo realiza una transferencia a otro país, como Afganistán, Irak o Corea del Norte, EEUU quiere poder investigar por qué y a dónde se dirige ese dinero. Hasta ahora, EEUU accedía libremente desde los ataques terroristas del 11-S a los datos de SWIFT a través del servidor americano de la compañía. La presión de la UE consiguió que los datos europeos se gestionen desde servidores en Holanda y Suiza y el acuerdo, el primer intento de normalizar ese control de los datos por parte de EEUU, pone los primeros límites a ese acceso.

¿Por qué se opone la Eurocámara?
Por el fondo y por la forma en la que se ha llegado al acuerdo entre Bruselas y Washington. Con el Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo es imprescindible para que estos acuerdos entren en vigor, pero los parlamentarios no fueron consultados durante la negociación del acuerdo provisional que debe dar paso a un pacto definitivo cuando expira dentro de nueve meses. Aunque en el proceso de elaborar ese nuevo pacto sí estarán presentes, los eurodiputados consideran inaceptable no haber sido parte de la negociación para el acuerdo provisional. Además, varios grupos piden una fórmula que amplíe la transparencia.

¿Qué pasa si Estrasburgo dice no?
El acuerdo quedaría suspendido. La Comisión Europea y los 27 gobiernos tendrían que renegociar con EEUU. Fuentes consultadas aseguran que la presión de los gobiernos nacionales, que no quieren sorprender a Obama con el bloqueo de un acuerdo ya pactado, va en aumento. Los parlamentarios cuyos partidos están en el poder en sus países de origen, como los socialistas españoles, son objeto de continuas llamadas. La presidencia española de la UE es partidaria del pacto.

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