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El Papa exige expulsiones por el caso de los abusos en Irlanda

Benedicto XVI se reunió ayer en el Vaticano con los 24 obispos irlandeses y les pidió una purga 'sin límites'

JESÚS BASTANTE

El Papa exigió ayer en el Vaticano a los obispos irlandeses una purga 'sin límites' por el caso de los abusos sexuales, y no sólo entre el clero culpable, sino también entre los propios obispos, que ocultaron 'obsesivamente' y de manera sistemática miles de casos de pederastia durante 70 años.

La denuncia ante los superiores y a las autoridades, la 'total cooperación' con la Justicia, el pago de indemnizaciones millonarias (se habla de más de 200 millones de euros) y la 'purificación' de la Iglesia irlandesa son algunas de las medidas que exigirá el Papa al clero de aquel país. Tanto es así que en adelante, cada vez que se descubra un caso de abusos, tanto el culpable como los posibles encubridores serán expulsados del sacerdocio.

El Pontífice pide una 'total cooperación' con la Justicia

Benedicto XVI convocó ayer en Roma a la totalidad de los obispos de Irlanda (24), quienes con su silencio o inactividad posibilitaron la existencia de miles de abusos sexuales en colegios y parroquias. Miles de víctimas sufrieron la táctica de 'mirar hacia otro lado' de buena parte de la jerarquía católica. El escándalo ha sido tan grande que ni siquiera la Iglesia, que durante décadas ha silenciado o minimizado estos casos, ha podido esta vez permanecer al margen.

Desde que hace unos meses se publicaran sendas investigaciones, los informes Ryan y Murphy, que demostraban varios centenares de abusos continuados, han dimitido cuatro de los 28 obispos de Irlanda. No serán los únicos.

Fuentes conocedoras del encuentro que el Papa mantuvo ayer con los prelados afirman que el Pontífice concedió un turno de siete minutos a cada obispo para que hablara, 'con total libertad', sobre los casos que conocieron y no se atrevieron a denunciar. Benedicto XVI les anunció que las sanciones serían fulminantes.

Hasta el momento han dimitido cuatro obispos por el escándalo

Hoy mismo se espera que la Santa Sede publique una carta abierta a los católicos de Irlanda, que será leída mañana, Miércoles de ceniza, en todas las iglesias del país, en la que el Papa pedirá perdón en nombre de toda la Iglesia y donde se establecerán una serie de actuaciones 'de obligado cumplimiento' para todos los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas.

Antes de reunirse con los obispos, el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, aseguraba que los clérigos que hubieran pecado debían admitir su culpa por estos 'actos abominables'.

'Las pruebas más duras y humillantes para la Iglesia son las que provienen de su interior, sobre todo cuando ve implicados a algunos de sus miembros en actos execrables. Pero de las pruebas puede venir la renovación, a condición de que el pecador reconozca sus propias culpas', manifestó Bertone, quien, no obstante, reconoció que 'la tormenta más peligrosa es la que toca los corazones de los creyentes, sacudiendo su fe y amenazando su capacidad de confiar en Dios'.

Por su parte, el primado de la Iglesia de Irlanda, el cardenal Sean Brady, que dirige la delegación, afirmó que el Papa estaba 'muy preocupado' por el asunto. En una entrevista a Radio Vaticano, Brady mostró su esperanza: 'A nuestro regreso, esperamos que estas reuniones se traduzcan en un proceso de arrepentimiento, de renovación y de reconciliación, para bien de todos'.

El de Irlanda es uno más de los muchos escándalos que, en los últimos años, han sacudido los cimientos de la Iglesia católica. El más conocido, sin duda, fue el que en 2002 obligó a siete diócesis de los Estados Unidos a declararse en bancarrota tras conocerse miles de abusos en todo el país.

Siendo entonces Papa Juan Pablo II, uno de los máximos responsables del escándalo, el cardenal de Boston Bernard Law, fue trasladado a un puesto en la Curia.

Wojtyla tampoco actuó contra el fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel, quien abusó de varios menores. Benedicto XVI ha abierto una investigación que podría concluir a finales de marzo con la refundación de la polémica orden. Australia, Italia, Austria o Argentina también han conocido casos de abusos del clero a menores y silencios organizados entre sacerdotes o religiosos.

En España, apenas se conocen una docena de abusos confirmados y juzgados, aunque hace unas semanas se supo que uno de los jesuitas alemanes que han confesado abusos en los centros de la Compañía de Jesús en Berlín también confirmó haber abusado de menores en nuestro país durante la década de 1970.

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