El primer ministro, Gordon Brown, sigue viviendo unos días intensos. Desde principios de mes lleva metido en una espiral mediática que le acusa de tener un temperamento 'irascible' o de 'acosar laboralmente' a sus asesores. La publicación de los extractos de dos libros sobre los laboristas en sendos periódicos, le ha metido en un aprieto del que difícilmente va a salir indemne.

Hoy, The Guardian, vuelve a promocionar 'The End of the Party', el libro del periodista Andrew Rawnsley del que el pasado domingo, The Observer publicó una primera parte. Según el texto de este jueves, Brown le espetó a Tony Blair un 'me has arruinado la vida', en el momento en que discutía con el ex primer ministro las condiciones de su retirada de la política.

La conversación, según el periodista, no quedó ahí. Tuvo lugar en septiembre de 2006 y duró cerca de dos horas en las que el actual 'premier' le dijo a Blair que no podía haber otro candidato mejor que él para sucederle.

En una carta posterior, el autor del libro afirma que Brown le dijo a Blair: '¿Quién crees que es mejor que yo? ¿Crees que alguno es mejor que yo?'. Para Brown, John Reid era 'demasiado de derechas', Alan Johnson 'un peso ligero' y David Miliband 'demasiado joven'.

Rawnsley dice que Blair describió las discusiones con Brown a sus allegados como 'espantosas' y 'terribles'. 'No paraba de gritarme que le había arruinado la vida', dice el libro citando al ex primer ministro.

Habrá que ver cómo encaja este nuevo golpe Brown. En el primer texto hecho público el domingo, los laboristas tras su nombramiento se mostraron esperanzados después de que el partido se pusiera por delante de los conservadores en las encuestas. Las últimas dicen que el Gobierno ha remontado y está seis puntos por detrás de los tories, la cifra más baja en un año y medio.  

Pero puede que les dure poco la alegría. El Servicio Nacional contra el Acoso Laboral dejó de funcionar ayer de manera temporal después de que su directora filtrara a la prensa que había recibido la llamada de cuatro colaboradores de Brown.

Hasta el ministro de Finanzas, Alistair Darling, aseguró el martes en una entrevista que Brown desató la caja de los truenos contra él cuando le sugirió que el Reino Unido iba a caer en la recesión.

En la rueda de preguntas al primer ministro ayer en el Parlamento, el líder de los conservadores, David Cameron, aprovechó la coyuntura para burlarse de ambos.