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Xynthia sale de España y castiga Francia

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, pidió al Gobierno que actúe 'sin esperar'

ANDRÉS PÉREZ

La 'tormenta perfecta' tiñó ayer de luto Francia. Los vientos huracanados del ciclón Xynthia, que a su paso el sábado por la Península causaron tres muertos en España y uno en Portugal, provocaron al menos 47 muertos en Francia. Además, cuatro personas fallecieron en Alemania y una más en Bélgica.

En la costa occidental gala, la conjunción de los fuertes vientos, una marea excepcionalmente alta y una depresión atmosférica provocó en la madrugada del domingo una auténtica catástrofe. Al cierre de esta edición, 47 personas habían muerto y cerca de 90 estaban desaparecidas.

Algunos medios hablaban ya de cerca de 90 desaparecidos

La borrasca Xynthia, además, cambió literalmente la cara de la costa oeste del país y de sus islas atlánticas, donde el mar estaba totalmente desbocado. A última hora de la tarde de ayer, la estación de La Rochelle, en el departamento de Charente Maritime, seguía inundada por el mar. En ese punto, normalmente el agua se encuentra a unos 250 metros, contenido gracias a poderosos diques levantados en el siglo XVI. Pero este fin de semana de nada sirvió la centenaria construcción. El departamento de Charente-Maritime, así como el vecino de La Vendée, muy llanos, quedaron invadidos por las aguas.

En las islas atlánticas de Oléron y de Ré, también muy llanas, la anormal elevación de las aguas arrasó los paseos marítimos y anegó las tierras colindantes. En Ré, la zona turística preferida de muchas familias ricas de París, los diques de contención del mar cedieron totalmente. En Oléron, lo que facilitó la penetración del mar fue la extensa red de canales construidos para el cultivo de las ostras, principal actividad económica de esa tierra, junto con el turismo.

Además, la circulación de trenes quedó totalmente alterada en la totalidad de la fachada atlántica, y estaciones de la importancia de la de Burdeos se quedaron totalmente paralizadas. Además, más de un millón de hogares se quedaron sin luz. Las zonas de marismas, muy extensas y salvajes en toda la zona que va del estuario del Garona, al norte de Burdeos, hasta Bretaña seguían ayer sin ser accesibles por tierra.

El Gobierno galo organizó una reunión de crisis a última hora de la tarde. Y de inmediato, uno tras otro, los principales dirigentes del país anunciaron que se personarán en la zona siniestrada. A primeras horas de la tarde del domingo ya estaba planificada la visita del ministro de Interior, Brice Hortefeux, a Vendée y Charente. Poco después, se anunciaba que iría el primer ministro, François Fillon.

Hacia las 17.00 horas, cuando el balance de víctimas daba cuenta de la magnitud de la tragedia, el propio presidente, Nicolas Sarkozy, anunciaba que acortaba su fin de semana en la Costa Azul zona mediterránea que no sufrió la tempestad para regresar a París y programar su viaje a la zona del Atlántico francés.

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