Público
Público

La izquierda francesa llega a las urnas con clara ventaja

Sarkozy retrasa sus reformas económicas para contrarrestar el voto de castigo en la primera vuelta de las regionales

ANDRÉS PÉREZ

La campaña contra 'el Gobierno que destroza servicios públicos en nuestras regiones' y en favor de una izquierda capaz de crear un 'escudo social' en las comarcas francesas está funcionando. Y la izquierda aborda hoy con euforia la primera vuelta de las elecciones regionales, en la que todos los sondeos prevén un abultado tanteo favorable para los socialistas, los ecologistas y los comunistas.

Las previsiones indican que el techo de la derecha está en menos de un tercio de los votos, y que carece totalmente de reservas para la segunda vuelta. La bofetada del electorado al Gobierno central puede ser fenomenal.

La desmovilización de la derecha se suma al empuje del electorado rival

Señal evidente de lo que están indicando con tozudez los sondeos desde hace semanas, el presidente Nicolas Sarkozy, que se encuentra a medio mandato, retiró el viernes todas las apuestas personales que había colocado en estos comicios.

Lo hizo en varios desplazamientos, y en una extensa entrevista en Figaro Magazine. Dijo a los electores que está dispuesto a hacer 'una pausa' en las reformas, aseguró que 'no habrá un plan de rigor' económico y social tras los comicios, que no remodelará el Gobierno pase lo que pase, y subrayó que 'a elecciones regionales, consecuencias regionales'.

Inmensa retirada táctica, esa, después de haber considerado que estos comicios eran el laboratorio estratégico electoral cara a su futura candidatura a la reelección en 2012. Un laboratorio en el que Sarkozy en persona había impuesto a sus fieles, muy reticentes, una táctica basada en una única lista de coalición derechista ya desde la primera vuelta: su UMP, unida a Nuevo Centro (NC, el micropartido del centro pro-Sarkozy), a Caza, Pesca, Naturaleza y Tradición (partido rural conservador con el que Sarkozy quería frenar el empuje sociológico de los neorrurales ecologistas) y al Movimiento Por Francia (derecha ultraconservadora).

Los socialistas, los ecologistas y los comunistas suman el 50% de los votos

Tan de 'consecuencias regionales' era el escrutinio inicialmente para Sarkozy, que sin duda por eso obligó a nada menos que 14 ministros y secretarios de Estado de su Gobierno en ejercicio a concurrir a las elecciones, a menudo como cabezas de lista. A menos que el presidente quiera ahora convencer de que esos ministros del Gobierno central presentes en las papeletas como candidatos eran ministros 'regionales'.

Algo debe de haberse encasquillado en la cabeza del cuerpo electoral francés, transformando el laboratorio electoral de Sarkozy en una pesadilla para los conservadores.

Todos los sondeos indican que entre los votantes habituales de la derecha la tendencia dominante es la desmovilización. Las encuestas dicen que sólo entre un 59% y un 62% de los votantes conservadores están dispuestos a ir a votar, muy por debajo de la movilización del voto de izquierdas, de entre el 62% y el 67%.

Una de las claves de la removilización de la izquierda es el Partido Socialista, que gobierna ya 20 de las 22 regiones de Francia. Bajo la batuta de la primera secretaria, Martine Aubry, los socialistas efectuaron una campaña técnicamente excelente, de proximidad, basada en las realizaciones materiales y tangibles de los consejos regionales; esas que los franceses de a pie ven cada día en forma de trenes de cercanías, infraestructuras de liceos, cursillos remunerados para parados y casas de la cultura y la juventud.

Hasta en el terreno del empleo, los socialistas pudieron lucirse: Martine Aubry puso por delante el objetivo de 200.000 'contratos de continuidad profesional' financiados por las regiones para mantener los contratos de trabajo de empleados en paro por razones coyunturales causadas por la crisis.

'Bajo Sarkozy, se ha destruido más empleo industrial que nunca en la historia de Francia. Las regiones, pese a que sólo suponen el 2% de la recaudación de impuestos, han presentado planes de relanzamiento económico que representan 9.000 millones de euros. La Administración central, que representa el 78% de la presión fiscal, sólo ha planificado 20.000 millones', explicaba la socialista Aubry al final de la campaña. Esa idea de regiones que sirven de 'escudo social' para quienes lo necesitan, y también están 'al lado de los que crean, los jóvenes profesionales y las pequeñas y medianas empresas', ha funcionado.

El PS cuenta, según los sondeos, con un crédito que le colocaría en entre un 27% y un 30% de votos ya en la primera vuelta, y con una reserva enorme cara a la segunda.

Lo realmente sorprendente es que esa consolidación del PS se hace sin un descenso brutal de las otras fuerzas de la izquierda. Los verdes, que se presentan bajo la etiqueta de Europa Ecología, cuentan con un crédito de entre el 12% y el 14%, según los diferentes sondeos.

El Frente de Izquierdas, unido a los postrotskistas del NPA en algunas regiones, lograría entre el 6% y el 7%.

Si a la izquierda los sarkozystas ven venir una ola, a su derecha ven levantarse un zombi. El ultraderechista Frente Nacional, dado por muerto en 2007 gracias a la política de guiños verbales xenófobos inventada por Sarkozy, está levantando cabeza.

Podría obtener un 8% de votos, y mantenerse así en la segunda vuelta en al menos cuatro regiones en lo que supondrán las últimas elecciones con Jean-Marie Le Pen como jefe del partido.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional