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Volcanes que provocan revoluciones

Los expertos niegan efectos como los que produjo Laki en 1783

BLANCA SALVATIERRA

El sistema volcánico Laki se encuentra en la misma zona de Eyjafjalla. Entró en erupción en 1783, su actividad de prolongó durante ocho meses y sus cenizas se extendieron por países como Noruega, Alemania, Francia y Gran Bretaña. Los animales murieron y los cultivos se perdieron, lo que tuvo resultados desastrosos para la población. 'Se dice que la Revolución Francesa fue, en parte, consecuencia de esta erupción por la época de hambrunas que sucedió', explica Joan Martí, profesor de investigación del CSIC y secretario general de la Asociación Internacional de Vulcanología. Martí se apresura a precisar que el volumen de material magmático de Laki fue mucho mayor que el de Eyjafjalla, y que coincidieron varios factores que provocaron esas consecuencias.

Aunque los vulcanólogos estiman que la fuerza de Laki es unas cien veces mayor que la de Eyjafjalla, también consideran que esta erupción podría tener efectos en la agricultura y la ganadería si las cantidades acumuladas superan ciertos niveles. En el caso de la agricultura, hay un problema tanto de peso, es decir, de la propia carga de las cenizas sobre los cultivos, como de contaminación. 'Para espesores por encima de unos cinco centímetros, se asume pérdida total de cosecha', detalla Martí. Además, la ceniza es un elemento nocivo que lleva gases como flúor o azufre, lo que tendría consecuencias sobre la ganadería.

Al contrario que en la aviación, en la que un par de milímetros convierten las pistas en escenarios de patinaje, en el caso de los embalses se calcula que la acumulación necesaria para hablar de peligrosidad se sitúa en unos pocos centímetros. Esta acumulación de cenizas plantea otras dudas, como las consecuencias para las personas que las respiren. 'En los sitios en los que la caída de ceniza es apreciable, las mascarillas son necesarias para todo el mundo, no sólo para las personas con problemas respiratorios', detalla el profesor del CSIC.

La erupción de Laki, sin grandes columnas de ceniza, emitió gran cantidad de azufre. El gas se fue a la atmósfera y se combinó con el agua, transformándose en ácido sulfúrico. 'Provocó un efecto de enfriamiento y las cosechas se perdieron como consecuencia directa de ello', añade el experto, para el que la actividad de ambos volcanes no son comparables. Los investigadores insisten en la imposibilidad de detallar la duración de la erupción de Eyjafjalla. Lo que sí explican es que el volcán podría dejar de emitir cenizas aunque la erupción continuase, debido en parte a que el agua del glaciar se hubiese consumido.

Mientras los ojos de los europeos miran al cielo, los de los científicos observan el comportamiento de Katla, un volcán de mayor tamaño cercano al Eyjafjalla. Martí reconoce que la posibilidad de que Katla entre en erupción existe debido a que se concatenan erupciones en volcanes que están conectados por las mismas fracturas. 'Pero las probabilidades serían muy bajas, ya que no hay ningún indicador en este sentido', añade el investigador.

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