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Cameron saca partido del último fracaso de Brown

El candidato conservador británico presenta un Contrato con los votantes' y promete iniciar la retirada de Afganistán. Sondeos y analistas coinciden en que el líder tory' ocupará Downing St.

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Fue una buena metáfora del estado de la campaña electoral laborista. Gordon Brown estaba acompañado en Birmingham de sus ministros más importantes en la presentación de una nueva serie de anuncios con los que movilizar el voto. Mientras hablaba el ministro Peter Mandelson, se escuchó el chirrido de los frenos de un coche y un fuerte impacto con ruido de cristales rotos.

Los periodistas corrieron a ver qué ocurría. Un coche se había lanzado contra una parada de autobús para evitar el impacto con un camión de recogida de basura. Afortunadamente, no hubo heridos y el acto pudo proseguir sin más interrupciones. En los últimos días, la catástrofe parece rondar todas las iniciativas laboristas.

Resultó significativo que Brown se rodeara de nueve ministros el día después del tercer y último debate de la campaña. Lo mismo hizo el día en que anunció el fin de la legislatura. A diferencia de David Cameron y Nick Clegg, el primer ministro ha intentado vender la idea de que los laboristas no presentan sólo a un líder, sino a un equipo. Un buen ejemplo de que su valoración personal en los sondeos no ha levantado el vuelo en toda la campaña.

'Continuaremos la lucha por el futuro del país hasta el último segundo de esta campaña', anunció Brown. El veredicto de las encuestas tras el debate y la mayoría de las opiniones en la prensa indican que la suya es una batalla perdida. Necesitaba ganar el debate de la economía, su presunto punto fuerte, y acabó el último en todos los sondeos, excepto en uno.

En la primera página de The Guardian, un columnista eligió para su artículo un titular revelador: 'A menos que haya un terremoto, el líder tory ya está en camino del número 10' (de Downing Street).

En su Twitter, el ministro de Exteriores, David Miliband, condenaba a Brown a la derrota, es de suponer que sin pretenderlo, al citar un experimento hecho por Sky News con 14 personas: siete siguieron el debate por televisión y otros siete por radio.

Los primeros se inclinaron por Cameron. Seis de los segundos dieron como ganador al líder laborista. 'A Brown lo critican mucho por dar sólo un listado de propuestas, pero en la radio eso funcionó realmente bien', dijo uno de ellos, el estudiante Lewis Iwu.

La prueba no tiene mucho valor estadístico, aunque llama la atención que Miliband se molestara en comentarla. Eso fue precisamente lo que le ocurrió a Nixon en su debate con Kennedy en 1960 y todos saben quién ganó las elecciones.

El tercer debate atrajo el interés de una media de 8,4 millones de espectadores con un share del 32,4%. Fue un millón inferior a las cifras del primer duelo, pero demostró que la campaña no ha perdido interés en la opinión pública a pesar de la inevitable repetición de los mensajes.

Despejados los obstáculos de los debates, a Cameron le basta con no cometer errores serios en los últimos cinco días de campaña. Ayer hizo público un Contrato con los votantes, destinado a decirles lo que quieren escuchar.

Cameron, político profesional durante la mayor parte de su vida laboral, ha escrito una introducción que responde a la furia del electorado por la crisis económica: 'Durante demasiado tiempo, los políticos te han mentido diciendo que pueden solucionar todos los problemas. Pero esto no debe funcionar de esta manera'.

El líder conservador resume su programa electoral en 16 promesas concretas. 'Si no cumplimos nuestra parte del trato, podéis echarnos con vuestro voto dentro de cinco años', dice, aunque eso no es algo que sea necesario recordar al electorado.

El anuncio más importante que hizo ayer Cameron no aparece dentro de ese 'contrato'. Sin dar una fecha concreta, dijo que el comienzo de la retirada de las tropas británicas de Afganistán tiene que producirse en la legislatura que está a punto de iniciarse.

'Ya llevamos allí ocho o nueve años. Eso ya es mucho tiempo', dijo Cameron. 'No podemos continuar durante otros ocho o nueve años. En la próxima legislatura, los soldados deben comenzar a volver a casa. Tan pronto como sea posible, en función del éxito [de la misión], y no de un calendario artificial'.

La prensa sensacionalista está intentando hacer un último favor a los tories y que su victoria sea completa. Ha ofrecido una buena cantidad de dinero a Gillian Duffy, la pensionista de 65 años a la que Gordon Brown despreció el miércoles en el penoso incidente que ha marcado los últimos días de campaña. Nada se sabe del contenido de la conversación de 40 minutos que el primer ministro tuvo con Duffy en su casa para pedirle disculpas por los comentarios captados por un micrófono inalámbrico.

Después de la visita de Brown, un reportero de The Sun entró en la casa por el jardín posterior y ofreció a la jubilada una fuerte cantidad de dinero por una entrevista en exclusiva. De momento, se cree que Duffy rechazó la oferta pero nadie descarta que Brown sufra otra sorpresa negativa.

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