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Reino Unido se acerca al primer gobierno en minoría desde 1975

El liberal demócrata dice que los conservadores han ganado las elecciones y que deben tratar de formar Gobierno antes que nadie

DANIEL DEL PINO

Nick Clegg se ha convertido en el juez de las elecciones británicas. Cuando aún no se han terminado de contar todos los votos, los liberal demócratas se mantienen en la postura de apoyar al partido que más votos haya conseguido.

Los tories, por tanto, cuentan con el apoyo de Clegg para formar Gobierno. Pero, el liberal recordó que los resultados de esta noche muestran 'que el sistema se ha roto' y reclama reformas.

'Anoche ha sido una decepción para los liberal demócratas incluso habiendo conseguido más votos que nunca. Mucha gente estaba emocionada por hacer cosas diferentes. Pero creo que cuando han llegado a las urnas, han pensado que lo mejor era votar lo que ya conocían. Y en esta época de incertidumbre económica, lo entiendo' dijo Clegg.

'Con lo resultados actuales es vital que los partidos actúen con responsabilidad. Y también he dicho que el partido con más votos debe formar gobierno primero. Y esos son los conservadores por los datos que vemos esta mañana. Por eso creo que es la hora de que los conservadores busquen un Gobierno'.

Sin embargo, Gordon Brown no da su brazo a torcer y ha comparecido en el número 10 de Downing Street para proponer a Clegg formar un gobierno de coalición con los laboristas. 'Yo estoy dispuesto a ofrecerle al señor Clegg un acuerdo entre los dos partidos', ha señalado Brown. Para reiterar que el Reino Unido necesita 'un gobierno fuerte y estable y un líder que haga frente a los problemas'.

El todavía primer ministro ha presionado a los liberarles para que se decidan porque 'a nadie le gusta la incertidumbre y que ésta se largue en el tiempo'. 

Estas declaraciones llegan minutos después de que el primer ministro, Gordon Brown, dijera que 'los resultados electorales muestran que no hay una mayoría clara, por lo tanto es mi trabajo tratar de buscar un gobierno estable y fuerte'.

Los tories parecen tomar la delantera. Aunque Clegg insistió también que 'no era momento de hablar de pactos'. 

¿Qué pasa ahora? Que se abren unos días de incertidumbre. Brown sigue teniendo el derecho constitucional a tratar de formar Gobierno. Pero tendría que negociar con Clegg, que tras sus palabras parece cerrarse en banda. Hacerle cambiar de opinión ya, se antoja difícil.

Después de haber recibido muchísimas críticas, los sondeos a pie de urna no andaban desencaminados. A las 16.00 horas la situación era la siguiente: los conservadores contaban 302 diputados; los laboristas 257; y los liberal demócratas 56. Estas cifras dan dos millones de votos menos a los de Gordon Brown con respecto a 2005 y los conservadores obtendrían más votos que Tony Blair en 1997. 

Éste es el argumento que han empezado a emplear los tories para reclamar su victoria moral en las elecciones. 

Las claves para que los tories no obtuvieran la mayoría han estado en las circunscripciones marginales, aquellas en las que un incremento mínimo del voto puede cambiar el signo final. Los ministros laboristas han resistido y algunos como Ed Balls, titular de Educación, han guardado su asiento con sólo 1.000 votos de diferencia.

La otra clave ha sido Londres. Los tories esperaban hacerlo mucho mejor de lo que ha sido en realidad. Cameron pensaba que podría hacerse con unos cuantos feudos laboristas y liberal demócratas, pero eso, de momento, tampoco ha sucedido.

Tras casi 12 horas de recuento aún quedan por conocerse el desenlace de una treintena de circunscripciones, aunque las puertas parecen cerrarse para Brown.

Aún pordría haber cambios de dirección. Los juegos de la política británica son así. El peor resultado laborista desde los años 30 podría llevarles a gobernar por cuarta legislatura consecutiva. Algo que sólo ha pasado tres veces en la historia. Eso sí, las cosas están ahora un poco más difíciles.

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