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Brown abandona para facilitar un pacto con los liberales

El primer ministro piensa dejar el liderazgo de los laboristas en septiembre y así permitir que se forme un Gobierno con los liberal demócratas

DANIEL DEL PINO

Un giro inesperado en Reino Unido. Tras la victoria de David Cameron en las elecciones británicas del pasado jueves, el primer ministro, Gordon Brown, ha anunciado que dimitirá como líder de los laboristas el próximo mes de septiembre. La razón: para Nick Clegg era el único obstáculo para que los liberal demócratas se sentaran a hablar con el Partido Laborista. Con las negociaciones con los tories sin concretarse, Brown pretende desatascar la situación diciendo adiós.

Pero se abre un periodo totalmente nuevo en la política británica. La intención de Brown es realizar una transición de poder hasta después de verano, cuando se celebrará la próxima conferencia laborista y se elegirá un nuevo líder.

A partir de ahí, según ha dicho el propio Brown, desaparecerá de la política, por lo que los de Clegg ya no pondrían problemas para iniciar las conversaciones. Aunque mientras tanto no queda muy claro cuál será su cometido.

'Como dije el viernes, sin un partido con mayoría, mi derecho constitucional es crear un Gobierno fuerte con la suficiente estabilidad en el Parlamento'. Y ese Gobierno sólo se puede formar con la ayuda de Clegg. Brown anunció el inicio de 'conversaciones formales' con los liberales para formar 'un gobierno progresista'.

'El Partido Liberal Demócrata decidió que debía hablar primero con los conservadores pero [...] Acabo de recibir la llamada de Nick Clegg y me ha dicho que mientras sus conversaciones continúan, le gustaría entrar en conversaciones formales con el Partido Laborista', dijo.

'El gabinete se reunirá pronto. La primera prioridad debe ser acordar un plan de reducción del déficit y apoyar el crecimiento económico y la creación de empleo. Sé que los dos artidos conocen la importancia de asegurar la estabilidad económica en los mercados y por eso hemos decido que es necesario crear un plan de reducción del déficit público fuerte', añadió. 

La salida de Brown se produciría en la próxima conferencia laborista en otoño y es un signo de la voluntad del primer ministro de que los dos partidos lleguen a un pacto. Es una manera de decir que si él es el obstáculo para que eso suceda, se retira.

'No deseo seguir en mi posición más allá que lo que sea necesario para asegurar que el crecimiento económico y la reforma política que hemos acordado vaya lo más rápido posible', dijo Brown.

'La razón por la que no hay una mayoría en el Parlamento es porque ningún líder ha conseguido obtener todo el apoyo de los ciudadanos que hace falta. Yo debo aceptar esto como también como líder de mi propio partido. Por ello llamo al Partido Laborista a sentar las bases para empezar el proceso necesario para buscar un nuevo líder. Espero que esto sea posible a tiempo para la próxima conferencia [en septiembre]. No voy a formar parte de este proceso y no tengo ninguna intención de apoyar a ningún candidato', agregó.

La primera reacción de la persona más interesada en la renuncia de Gordon Brown llegó pronto. En declaraciones a Sky News, Nick Clegg dijo que el primer ministro 'ha hecho un anuncio importante. Debe haber sido muy difícil para él da este paso pero creo que ha tomado esta decisión por el interés nacional y creo que este anuncio podría ser un elemento importante a la hora de hacer más sencilla una transición al Gobierno estable que merece la gente'.

En el caso de que los dos partidos se pusieran de acuerdo, aún así habría muchos cabos por atar para que hubiera una coalición mayoritaria en el Parlamento. La Cámara de los Comunes tiene 650 plazas, aunque los diputados del Sinn Fein no ocupan las suyas, por lo que el número total serían 645.

Para logra una mayoría se necesitan, por tanto, 323 escaños. En las elecciones, los laboristas consiguieron 258, mientras que los lberal demócratas obtuvieron 57. Esto suma 315, lo que es insuficiente. A partir de ahí, ambos partidos tendrían que empezar a mover una serie de pactos paralelos con grupos como el Plaid Cymru de Gales, o el SNDP y el Alliance. 

William Hague, posible ministro de Exteriores en un Gobierno conservador y responsable de llevar las negociaciones con los liberal demócratas, fue el tercero en hablar. hague dijo que los de Clegg tenían la opción de elegir entre una coalición estable con ellos o de formar parte de un Gobierno inseguro con los laboristas y 'que no tendría un primer ministro elegido directamente por los ciudadanos'.

'Como muestra  de nuestra voluntad hemos ofrecido a los liberal demócratas promover la convocatoria de un referéndum para reformar el sistema electoral', dijo, sugiriendo que eso no pasaría si deciden cambiar de bando. Además, lanzó una reflexión interesante: 'los liberal demócratas sólo están interesados en formar parte del Gobierno'.

Después de tres rebeliones en el seno de su propio partido, Brown no ha necesitado una cuarta para decidir dejar el liderazgo laborista. Cada vez que se ha tambaleado la figura del primer ministro, ha habido tres nombres que siempre han estado en las quinielas para sustituirlo: el ministro de Exteriores, David Miliband; el ministro de Interior, Alan Johnson; y el ministro de Educación, Ed Balls. El primero siempre ha estado en cabeza.

Al puesto podrían optar también otros como la responsable de los laboristas en el Parlamento, Harriet Harman, o el propio hermano de Miliband y ministro de Energía, Ed.

Todo dependerá de la línea que decida seguir el partido a partir de ahora. David Miliband significa volver a las raíces de Tony Blair. Ed Balls, por ejemplo, significaría mantener la línea de Gordon brown.

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