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Obama entierra la doctrina Bush de guerra preventiva

La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU pone fin a la política de medidas unilaterales de fuerza

ANTONIO LAFUENTE

Para garantizar la seguridad de EEUU es mejor tener una economía fuerte y unas buenas relaciones diplomáticas que enzarzarse en guerras, sobre todo si son preventivas. Así de claro lo tiene el presidente de EEUU, Barack Obama, que presentará hoy al Congreso su Estrategia de Seguridad Nacional.

Con esa nueva Estrategia, Obama sigue distanciándose de su antecesor, George W. Bush, al enterrar su doctrina de la guerra preventiva y revertir los pilares de unas políticas económicas y militares que culminaron tanto en la mayor recesión de EEUU desde la Gran Depresión como en el empantanamiento de las guerras en Irak y Afganistán.

'Nuestra economía es la fuente del poder de EEUU', dice el documento

'El centro de nuestros esfuerzos es un compromiso por renovar nuestra economía, que es la fuente del poder de EEUU', asegura el documento.

Obama basa su nueva estrategia en 'una refundación' de la economía a través de 'una mejor educación, una reducción de la deuda, una potente industria de energías limpias, una mayor investigación científica y una modernización del sistema sanitario'.

La doctrina de Obama reconoce que 'las sacudidas de la economía global pueden llevar al desastre' e insiste en que una economía sostenible pivota sobre 'una senda fiscal sostenible'. No obstante, el presidente no menciona lo que algunos ven como un grave problema de seguridad nacional: el gran endeudamiento de EEUU con China.

La nueva doctrina subraya el grave peligro de crisis económica global

El documento tampoco da, en principio, señales de una eventual reducción del gasto militar, que para el año próximo ascenderá a 726.000 millones de dólares, puesto que renueva la visión de sus predecesores de mantener la superioridad militar de EEUU.

Sin embargo, Obama hace hincapié en la diplomacia. Más allá de una mayor cooperación con sus aliados tradicionales, el mandatario pone especial atención en lograr nuevos aliados, intentando atraer hacia la órbita de EEUU a países como China e India, y mejorar las relaciones con Rusia.

La nueva estrategia apuesta por la diplomacia del multilateralismo de las instituciones internacionales, de las que admite que hay que 'tener claras su fuerza y sus deficiencias', pero subraya que no es una opción 'levantarse y marcharse', tal como hizo su antecesor.

'En lugar de ello, debemos centrar el compromiso de EEUU en reforzar esas instituciones internacionales y galvanizar una acción colectiva que puede servir a intereses comunes como combatir el extremismo violento, impedir la proliferación de armas nucleares, asegurar los materiales atómicos, lograr un crecimiento económico equilibrado y sostenible y forjar soluciones conjuntas para luchar contra la amenaza del cambio climático', dice el documento.

Entre los enemigos de EEUU, Obama señala el peligro que suponen para su país los programas nucleares de Irán y Corea del Norte. Pero amenaza más con aislarlos, si continúan incumpliendo sus obligaciones internacionales, que con invadirlos, como hizo Bush en Irak.

'Aunque el uso de la fuerza es, a veces, necesario, siempre que podamos agotaremos otras opciones antes que la guerra y sopesaremos cuidadosamente los costes y riesgos de la acción frente a los costes y riesgos de la inacción', se establece en la nueva estrategia.

El director de comunicación del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, explicó ayer que lo que pretende Obama es 'tener más opciones'. Y aclaró: 'Obviamente, habrá ocasiones en las que uno tendrá que usar la fuerza... Pero, para usarla menos, uno necesita de otros medios con los que hacer frente a las amenazas de seguridad y poder solucionar problemas'.

Esa posición le ha supuesto ya críticas tanto de los republicanos como de los demócratas progresistas. Los primeros aducen que sin amenaza militar no detendrá los planes nucleares de Irán y Corea del Norte, y los segundos creen que debía haber hecho una renuncia expresa de la guerra preventiva en lugar de limitarse a no incluirla en la redacción de la futura estrategia de seguridad norteamericana.

Pese a esas últimas críticas, el lenguaje de Obama es diametralmente opuesto del que mantuvo Bush en la Estrategia de Seguridad Nacional que presentó al Congreso en 2002. 'Tenemos que estar preparados para detener a los estados canallas y sus clientes terroristas antes de que sean capaces de amenazar o de usar armas de destrucción masiva contra EEUU y sus aliados y amigos', se decía en aquel documento, que sentó las bases para la posterior invasión de Irak.

Obama también cita a Al Qaeda entre los enemigos de EStados Unidos y repite su estrategia para 'desbaratar, desmantelar y derrotar' la organización terrorista, aunque establece que todo ello debe hacerse manteniendo el respeto y la promoción de los derechos humanos. El presidente estadounidense considera que bajo ningún concepto se debe usar la tortura como medio para supuestamente mantener la seguridad nacional.

Ese respeto de los derechos humanos lo aleja también de las políticas de seguridad de Bush, que negó a los sospechosos de terrorismo derechos fundamentales y llegó incluso a autorizar su tortura en los interrogatorios. La gran mayoría de quienes fueron torturados en la base de Guantánamo se ha comprobado después que era inocente.

Obama menciona además como prioridad frenar la amenaza del terrorismo perpetrado por ciudadanos estadounidenses dentro del país, lo que supone otra diferencia no sólo con Bush sino también con el anterior presidente, Bill Clinton, ya que ninguno la citó en sus estrategias de seguridad nacional.

1. Fortaleza interior

Para ser poderoso en el exterior, dijo Obama en West Point, EEUU debe construir una fuerza interna a través de la educación, las energías limpias y la innovación.

2. Iniciativa diplomática

Washington debe impulsar un 'compromiso renovado de nuestros diplomáticos' y apoyar el desarrollo internacional para proporcionar oportunidades económicas en todo el mundo.

3. Reconstruir alianzas

Tras las tensiones de la era Bush, Obama subrayó la necesidad de 'reforzar las antiguas alianzas' y 'construir nuevas asociaciones'.

4. Proteger la democracia

La defensa de los derechos humanos y la promoción de los valores democráticos son esenciales en la nueva estrategia. 

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