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Holanda gira hacia la derecha ante la crisis

El ascenso neoliberal y del partido xenófobo de Wilders augura un Gobierno ultraconservador. Los socialdemócratas aguantan y empatan con los liberales

DANIEL BASTEIRO / EFE

Los liberales de derecha del VVD han sido los vencedores de las elecciones holandesas con un escaño más que los laboristas (PvdA).

Con más del 90% de los votos contados, la derecha liberal de Mark Rutte logra diez escaños más que en los anteriores comicios y acumula un total de 31, rompiendo el empate que aparecía en los sondeos a pie de urna y en el comienzo del escrutinio.

Un asiento por detrás aparecen los laboristas, que pierden tres respecto a 2006, mientras que los grandes derrotados son los democristianos (CDA), que se quedan con 21 escaños, prácticamente la mitad.

Esto deja abierta la puerta a un Gobierno de derechas en Holanda. Los liberales de Mark Rutte perdieron en los últimos días de campaña su ventaja sobre los laboristas, según los sondeos a pie de urna, que otorgan 31 escaños a cada partido. Rutte podría ser llamado a formar Gobierno por la reina Beatriz, ya que junto a dos socios potenciales podría alcanzar los 75 escaños que le asegurarían el control de la Cámara Baja holandesa, formada por 150 diputados.

Rutte ha agitado como principal mensaje electoral el miedo a la crisis económica y el contagio de los problemas de Grecia. La promesa de una gran reducción del gasto en 20.000 millones a base de recortes sociales le ha granjeado las simpatías que laboristas y conservadores, los dos partidos tradicionales que hasta febrero gobernaban en coalición, perdieron por sus disputas sobre la guerra en Afganistán.

Balkenende es el claro perdedor y dimite como primer ministro

La noche electoral holandesa terminó sin ganadores claros pero con un perdedor manifiesto: Jan Peter Balkenende, el ya dimitido primer ministro, hundió a su partido hasta situarlo en la cuarta posición.

El que el año pasado hiciera una gran campaña por trasladarse a Bruselas para presidir el Consejo de la Unión Europea hizo perder a su partido la mitad de sus escaños. Balkenende, un cadáver político ya durante la campaña electoral, ha marcado la política holandesa de la última década y ha batido un singular récord: el de presidir en tan solo ocho años cuatro gobiernos distintos en un país en el que las legislaturas duran cinco años.

Wilders: «Han votado por nosotros, por más seguridad y menos Islam»

Geert Wilders, el líder del xenófobo Partido de la Libertad, logró un espectacular ascenso con respecto a su resultado en 2006. La ideología anti-islámica, encarnada en un líder político que pretende blindar las fronteras contra la inmigración y facilitar al máximo la expulsión de musulmanes, logró 24 escaños frente a los nueve que controlaba hasta ahora.

Wilders calificó de 'fantásticos' los resultados de su partido, que 'inyectan optimismo' a Holanda. 'Un millón y medio de personas votaron por nosotros y por nuestros planes para una mayor seguridad, menos inmigrantes y menos Islam', exclamó el candidato xenófobo ante las cámaras.

Su trampolín fueron las elecciones municipales, donde el Partido de la Libertad fue el más votado en Almere, ciudad de 200.000 habitantes, y la segunda fuerza en La Haya.

La crisis de confianza en el euro, el ataque de los especuladores y un crecimiento económico considerado como insuficiente por el austero votante holandés restaron protagonismo al líder xenófobo y beneficiaron al líder liberal, con el que ahora podría pactar.

La formación del nuevo Gobierno dependerá ahora de duras negociaciones de final incierto por la profunda fragmentación, que augura una legislatura donde la estabilidad política será la primera de las tareas. Rutte, que ha dejado abierta la puerta a una coalición con Wilders y los democristianos, ha perdido escaños con respecto a las encuestas previas, que le otorgaban una clara victoria, a cinco o seis escaños de Job Cohen, el líder de los laboristas.

Sin embargo, en caso de ser llamado por la reina a buscar esa coalición de gobierno, Rutte ha prometido presentar la composición de su Ejecutivo este mismo verano, antes de la redacción de los presupuestos, cuya negociación parlamentaria comenzará a finales de septiembre. La matemática electoral lo acompaña. Tres partidos que tienen en común una ideología de centroderecha y el liberalismo económico suman la mitad de los escaños de la Cámara. 'Para mí es totalmente lógico que hablemos con el Partido de la Libertad [de Wilders] tras este resultado', aseguró el liberal Hans van Baalen, tras conocer los sondeos a pie de urna.

Los socialdemócratas tendrían que aliarse con unos socialistas en decadencia, los verdes y los liberales de centro-izquierda para alcanzar 68 escaños, una mayoría demasiado frágil y con muchos enemigos.

Cohen tiene más difícil formar Gobierno, pero el Partido Laborista ha salvado los muebles, mientras los democristianos del actual primer ministro cosecharon un desplome histórico. La caída del CDA obliga al partido a cambiar de líder primero, para conformarse después con una discreta cuota de poder en un Gobierno con partidos novatos al mando.

La coalición de Gobierno entre democristianos y laboristas cayó en febrero por las diferencias sobre la retirada de Afganistán. Walter Bos, líder laborista entonces y ministro de Finanzas, retiró su apoyo a Balkenende por querer prolongar la misión holandesa en el país hasta 2011.

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