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El Kremlin protesta por el arresto de espías en EEUU

La detención de 11 miembros del SVR empaña la buena relación bilateral

ISABEL PIQUER

El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov,pidió ayer explicaciones a Washington sobre los cargos presentados en Estados Unidos contra 11 personas acusadas de ser espías del SVR (sucesor del KGB), en un momento en el que las relaciones entre los dos países parecían ir viento en popa.

'No nos han explicado de qué va la cosa. Espero que lo hagan', señaló Lavrov en rueda de prensa celebrada en Jerusalén, donde está de visita oficial. 'Lo único que puedo decir es que han escogido el momento con una delicadeza especial', añadió el ministro refiriéndose a la reciente entrevista entre el presidente ruso, Dmitri Medvédev, y Barack Obama en Washington, en el que este le llevó incluso a tomarse una hamburguesa.

Lavrov hablaba del extraño caso de espionaje que se dio a conocer el pasado lunes, día en el que el Departamento de Justicia de EEUU, después de años de investigación, presentó cargos de espionaje, conspiración y blanqueo de dinero contra 11 presuntos miembros de una red, detenidos el domingo en Boston, Nueva York, Nueva Jersey y Virginia.

Aparentemente, los detenidos tenían por misión, además de pasar totalmente desapercibidos, infiltrarse en universidades o centros de análisis (think tanks) y mandar información sobre la estrategia nuclear estadounidense, la política hacia Irán o los mandos de la CIA, indicó la fiscalía.

Los agentes se comunicaban con Moscú a través de diferentes técnicas o instalaban redes inalámbricas de Internet en lugares públicos. Usaron incluso tinta invisible.

Pero la descripción de las actividades de los detenidos, tal y como consta en la documentación del FBI, no es precisamente un relato del novelista de suspense John LeCarré.

En un momento, el agente federal describe un intercambio entre una de las sospechosas, Anna Chapman, y su contacto. Este le indica cómo reconocer a otro miembro de la red al que debe entregarle un pasaporte falso : 'Te dirá Disculpe ¿no nos conocimos en California el verano pasado?' y tú contestarás No, creo que fue en los Hamptons', y entonces es cuando le das el documento'.

A continuación, el contacto (llamada UC-1) pidió a Chapman que le repitiera las instrucciones, lo que hizo. Luego le preguntó si estaba segura de que nadie la había seguido: '¿Sabes cuánto tiempo me tomó llegar aquí? Tres horas, así que estoy segura'.

Unos párrafos más tarde, el mismo agente federal describe lo que pasó poco después. 'Hacia las seis de la tarde, Anna Chapman entró en una farmacia en Brooklyn, luego se fue a una tienda de telefonía móvil de Verizon. Dejó la tienda y entró en otra farmacia y volvió a la de Verizon y después de dejar la tienda por segunda vez, tiró a la basura una bolsa donde los agentes encontraron luego un teléfono móvil', relata.

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