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Jefes policiales de Francia condenan el acoso a los gitanos

El presidente Sarkozy está perdiendo el apoyo de su base electoral católica y conservadora

ANDRÉS PÉREZ

Varios oficiales de policía con responsabilidad jerárquica o mandato sindical expresaron ayer sus críticas contra la política antigitanos desencadenada por el presidente Nicolas Sarkozy a finales de julio. Sumada a los ataques de la Iglesia, de la izquierda, de la derecha moderada y de las ONG, la andanada de reproches confirmó el fracaso de la operación populista que había intentado el presidente, que vuelve a perder popularidad.

Al menos un director departamental de la Seguridad Pública de la región parisina ha escrito oficialmente a sus superiores para expresar sus dudas sobre los objetivos perseguidos por el Gobierno con el desmantelamiento de campamentos gitanos y la deportación de romaníes extranjeros.

'Están ocultando el retroceso de las inversiones en seguridad'

'Hoy, muchos medios y esfuerzos están siendo desplegados, pero los resultados no son necesariamente excelentes. De hecho, pocos romaníes se irán verdaderamente. Es más: no podemos hacer gran cosa para impedir que vuelvan', indicó Nicolas Comte, secretario general del sindicato Unidad Policía SGP-FO. Se refería así a la posibilidad de facto que tienen los romaníes de cruzar las fronteras y volver a Francia como ilegales, pese a las disposiciones transitorias que bloquean la libre circulación.

Comte, que dirige el principal sindicato del cuerpo y que normalmente no critica las políticas del Gobierno, añadió que las deportaciones 'están enmascarando el retroceso en las inversiones en materia de seguridad' que conlleva un 'descenso de efectivos humanos y de equipamiento'.

Sylvie Feucher, del Sindicato de Comisarios SCPN, denunció que 'cuando dos padres son detenidos, los funcionarios se encuentran con los niños entre los brazos, y tienen que hacer más tareas sociales que policiales'.

'Los funcionarios tienen que hacer más tareas sociales que policiales'

El ministro de Inmigración, Eric Besson, dijo ayer que ya se han expulsado 635 gitanos desde el pasado 28 de julio, cuando Sarlozy lanzó la ofensiva antigitanos con la que esperaba provocar divisiones en el seno de la izquierda, algo que solía lograr con sus consignas en materia policial. En lugar de ello, ha dividido a su propia mayoría de derecha, incluidos varios ex primeros ministros. Tras Alain Juppé y Dominique de Villepin, ayer fue Jean-Pierre Raffarin quien denunció una 'deriva derechizante' y reclamó 'que el humanismo liberal, el humanismo del gaullismo, pueda expresarse'.

Nuevos sondeos confirmaron ayer la caída de popularidad de Sarkozy que está perdiendo la base electoral católica y moderada que lo aupó, junto con el electorado ultra, a la presidencia en 2007.

El Elíseo intenta transformar el escándalo en un problema de la UE

El primer ministro, François Fillon, reunió anoche a varios ministros en torno a la cuestión romaní. Anunció que solicitará la intervención del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, en lo que constituye un intento de transformar el escándalo en un problema de la UE.

Por otro lado, dos secretarios de Estado rumanos llegaron ayer a París para reunirse con los ministros de Interior y de Inmigración franceses, con el objetivo de abordar la cuestión de la expulsión de romaníes.

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