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Las tropas de EEUU mataron a 681 civiles iraquíes en los controles

Los documentos desvelados por Wikileaks revelan el extraordinario peligro que suponía para los iraquíes acercarse en un coche a un control o convoy militar norteamericanos

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Khalid Hassan tenía prisa por llegar en su coche al hospital de Samarra. Llevaba a su lado a su hermana, Nabiha Jassim, de 35 años, embarazada y a punto de dar a luz. Pero tuvo la mala suerte de encontrarse con un control militar, instalado momentos antes. Llegó por el carril prohibido. Es decir, es probable que intentara adelantar a la fila de vehículos para llegar antes a su destino.

Automáticamente se convirtió en una amenaza. Los soldados abrieron fuego y rociaron de balas el coche. El conductor resultó herido y tanto Nabiha como su primo, Saliha Hassan, de 57 años, murieron en el acto. El cadáver de Nabiha fue trasladado de urgencia a un hospital. Los médicos intentaron salvar al hijo no nacido, pero sólo pudieron certificar su muerte.

Es un caso más de los muchos que aparecen en los documentos desvelados por Wikileaks. Contra lo que opinan los que dicen que no aportan nada nuevo, los papeles han permitido poner una cifra a uno de los dramas ocasionados por la invasión de Irak: la muerte de centenares de civiles a manos de soldados norteamericanos que estaban cumpliendo las normas de seguridad impuestas por sus mandos.

La ONG Oficina de Periodismo de Investigación, que ha colaborado con Wikileaks en el estudio de los documentos, ha sumado todos esos incidentes utilizando como punto de partida los informes realizados por las propias unidades militares.

Según su recuento, 681 civiles murieron por disparos de las tropas al acercarse a controles y convoyes entre 2004 y 2009. Los informes identifican a otros 120 muertos como insurgentes. Sumados otros 31 policías o soldados iraquíes, la cifra de personas muertas en estas circunstancias se eleva a 832. Entre los fallecidos, hay 30 niños.

Las cifras indican un progresivo empeoramiento del problema. En 2004, sólo hubo 22 civiles muertos. El número se incrementó de forma espectacular al año siguiente. Muchos de los incidentes se produjeron de noche cuando los soldados mostraban luces que los vehículos civiles veían demasiado tarde o no sabían interpretar a la velocidad requerida por los soldados.

En octubre de 2005, un coche se acercó en la oscuridad a un control cerca de la ciudad de Ramadi. Los soldados dispararon una vez sobre el motor, pero el vehículo no paró. Acto seguido, dispararon 15 proyectiles. Murieron dos niños, y otro niño y una mujer fueron heridos.

Un incidente mucho más dramático se produjo el 14 de junio de 2005, cerca de la ciudad de Ramadi. Un coche no se percató de los “disparos de aviso”. Cuando estaba a 150 metros del control, los marines no esperaron más y dispararon al motor.

A unos 100 metros, aún circulaba a unos 70 kilómetros por hora, según el informe, y los marines dispararon al conductor hasta que el coche se detuvo.En su interior, los marines encontraron a once civiles, de los que siete, cinco adultos y dos niños, estaban muertos. “El alto número de civiles muertos se debe a que la familia había colocado a los niños en el suelo del vehículo. Se cree que los disparos para inutilizar el motor penetraron por la parte inferior del habitáculo”, intenta justificar un informe militar.

Por miedo a un atentado suicida, los soldados no corrían riesgos, lo que multiplicaba el peligro para los civiles. En noviembre de 2005, un coche que no se detuvo a tiempo recibió 12 disparos, supuestamente para dañar el motor.

Dos proyectiles penetraron en el coche y mataron a un niño de tres años. “La mujer con heridas en la cara y los ojos por fragmentos de cristal se negó a ser evacuada para poder enterrar al niño antes del amanecer”, dice el informe.

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