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La ONU considera democráticas las elecciones en Costa de Marfil

Tres muertos y acusaciones mutuas entre partidos rivales empañan los comicios

GEMMA PARELLADA

Bancos cerrados, bares vacíos, comercios sin víveres. Sólo algunas mujeres venden bananas y papayas al lado de la carretera, en Bouaké, la ciudad en el norte de Costa de Marfil donde está el cuartel general de las Fuerzas Nuevas, el antiguo ejército rebelde.

Pero en la capital económica y sede del Gobierno, Abiyán, las avenidas también estaban desiertas. La espera de los resultados de las presidenciales del pasado domingo ha puesto el país en una actitud de prudencia, o de temor.

El jefe de la misión de la ONU, Y. J. Choi, admitió algunos incidentes violentos en el proceso que causaron tres muertos pero consideró que, en general, 'la segunda vuelta se condujo en un clima democrático'. Choi dijo no tener dudas de que la voluntad de las urnas será respetada. La participación fue del 70%.

Mientras llegan los resultados definitivos, previstos para mañana, las acusaciones mutuas de irregularidades y fraude están enturbiando la atmósfera.

El presidente saliente y candidato a la reelección, Laurent Gbagbo, ya ha anunciado que pedirá la anulación de los resultados en tres zonas del norte donde es fuerte el candidato opositor, Alassane Ouattara, y donde Gbagboafirma que hubo fraude o el voto no fue 'transparente'. Ouattara se queja de que sus seguidores han sufrido un 'impedimento sistemático' para votar.

Los comicios, aplazados en seis ocasiones, buscan poner fin a una década de crisis político-militares que han dividido el país entre el sur lealista y el norte rebelde. Pero la desconfianza generada entre los dos partidos aviva la incertidumbre. El gran interrogante es si el perdedor será capaz de aceptar la derrota.

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