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La presión china contra el Nobel a Liu no cala

Sólo 18 países acceden a boicotear la entrega del premio al disidente el viernes

DAVID BRUNAT

El Gobierno chino demostró ayer que está nervioso por la entrega del premio Nobel de la Paz este viernes en Oslo. La portavoz del Ministerio de Exteriores, Jiang Yu, calificó de 'payasos' a quienes apoyan al disidente encarcelado Liu Xiaobo. 'Los miembros del Comité Nobel están orquestando una farsa contra China', espetó. En los últimos dos meses, Pekín ha ido advirtiendo a cada país que se atenga a 'consecuencias' si asiste a la ceremonia. Una campaña 'sin precedentes', según el Comité Nobel, que, a falta de dos días, sólo caló en 18 estados. Unos porque necesitan las inversiones chinas y otros porque forman parte del bloque antioccidental, dictaduras en muchos casos.

Rusia, Kazajstán, Pakistán, Irak, Irán, Vietnam, Afganistán y Filipinas, todos asiáticos, están en el área de influencia china y necesitan dinero con urgencia, y además algunos de ellos ven con buenos ojos unirse en esta cruzada al enemigo de su enemigo, Estados Unidos. En cualquier caso, saben que plantar cara a China sería su ruina. Sólo Rusia podría hacerlo, pero tiene mucha más sintonía con Pekín en cuanto a seguridad, negocios y opresión a la disidencia que con Occidente.

En América Latina, Cuba es un hermano para China; Colombia necesita sus inversiones en infraestructuras y la Venezuela de Chávez le vende petróleo. Lo mismo que Sudán y Arabia Saudí. El resto de aliados, que son Marruecos, Egipto, Túnez, Pakistán, Serbia y Ucrania. Argelia y Sri Lanka, aún no han respondido a la invitación.

Amnistía Internacional (AI) deploró ayer que China recurra a una 'combinación de presiones y chantaje político' para boicotear la entrega del Nobel. 'El hecho de que sólo haya logrado engatusar a una minoría de países refleja lo inaceptable de sus demandas', expresó Sam Zarifi, director de Amnistía para Asia-Pacífico. La portavoz china Jiang Yu respondió que hay 'un centenar' de países y organizaciones internacionales que apoyan a Pekín en su protesta, sin especificar cuáles.

A nivel interno, el régimen ha negado la salida del país a al menos una decena de activistas cercanos a Liu Xiaobo o a simples críticos por precaución. El artista Ai Weiwei, el economista Mao Yushi y el abogado Liu Xiaoyuan han sido retenidos por la policía en el aeropuerto de Pekín en los últimos días porque su salida podría 'poner en peligro la seguridad del Estado'.

Por supuesto, ni la familia del Nobel de la Paz ni su esposa, Liu Xia, bajo arresto domiciliario, podrán asistir. Junto a ellos, 140 activistas por los derechos humanos y la democracia se encuentran hoy bajo vigilancia o arresto domiciliario sin cargos. La tenaza de Pekín no evitará, sin embargo, que este viernes en Oslo tenga lugar la mayor concentración de antiguos líderes estudiantiles de Tiananmen (más de 40, todos ellos exiliados) desde que la revuelta prodemocrática fuera aplastada por el régimen comunista en junio de 1989.

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