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Túnez incluye a la oposición en un Gobierno de unidad

El partido único de Ben Alí se reserva los puestos clave. Ghanuchi anuncia una amnistía general y la liberación de los presos políticos

TRINIDAD DEIROS

Los tunecinos no se conforman ya con promesas. Quieren señales decididas de que esta primavera será la de la democracia, y los colaboradores del dictador que le han sucedido parecen haberlo comprendido, so pena de emprender ellos también el camino del exilio.

El primer ministro, Mohamed Ghanuchi, compareció para anunciar la composición del nuevo Gobierno de unidad en el que, por primera vez desde la independencia en 1956, están incluidos los líderes de los tres pequeños partidos de oposición herederos de la izquierda histórica tunecina que el régimen toleraba.

Ahmed Nejjib Chebbi, del Partido Democrático Progresista, es el nuevo ministro de Desarrollo Regional y Local; Ahmed Brahim, fundador del Movimiento Ettajdid, se ocupará de la cartera de Educación Superior, mientras que Mustafá Ben Jaafar, presidente del Foro Democrático por el Trabajo y las Libertades, será el titular de Sanidad. En la lista de nuevos ministros figuran dos mujeres, las independientes Moufida Tletti, directora de cine, y Lilia Laabidi, que dirigirán respectivamente los ministerios de Cultura y de Mujer.

Sin embargo, la Reagrupación Constitucional Democrática (RCD), la formación de Ben Alí, que hasta ahora ejercía de partido único, se reserva los puestos clave, como Interior, Asuntos Exteriores, Finanzas, Defensa y Justicia.

El Ejecutivo revela que 78 tunecinos han muerto en la represión policial

Pese a que los herederos del dictador no han renunciado al núcleo del poder en el Gobierno transitorio que debe preparar elecciones en seis meses, el primer ministro anunció el compromiso del Ejecutivo con algunas de las condiciones mínimas sin las cuales hablar de transición sería una burla.

Ghanuchi las traía escritas en un papel y las enunció.

La primera frase era una bella promesa: 'La misión del Gobierno es llevar a cabo la transición a la democracia gracias a las reforma de las leyes que rigen las instituciones y la celebración de elecciones libres e íntegras'. 'Estarán supervisadas por una comisión electoral independiente y por observadores extranjeros', prosiguió Ghanuchi, quien después dictó una sentencia de divorcio que, si se cumple, acabará con más de 50 años de hegemonía del RCD: 'Se garantizará la separación del Estado de todos los partidos'.

Los ex colaboradores del tirano han dado también satisfacción a una exigencia clave: 'Los presos de opinión serán liberados y el Gobierno prepara una ley de Amnistía General', subrayó el primer ministro.

El jefe del Gobierno sonaba parecido a un demócrata: anunció que todos los partidos opositores que han solicitado su legalización la obtendrán; que se garantizará la libertad de información, y que el instrumento de la censura de Ben Alí, el Ministerio de Información, desaparecerá.

El primer ministro promete el fin de la censura y elecciones 'libres'

También que las acosadas Liga Tunecina de Derechos Humanos y la Asociación de Magistrados Tunecinos puntas de lanza de la denuncia de la dictadura podrán 'trabajar sin interferencias'.

El primer ministro confirmó luego la puesta en marcha de tres comisiones que se ocuparán respectivamente de las reformas políticas, la investigación de los abusos durante las protestas populares y las denuncias de corrupción.

El Gobierno informó de que 78 tunecinos han muerto durante la represión de la revuelta. Hoy falleció el fotógrafo franco-alemán Lucas Dolega, herido el viernes cuando cubría los disturbios.

Sobre la corrupción, una mención resultó reveladora. Ghanuchi dijo que el comité investigará a quienes 'han amasado fortunas colosales malversando caudales públicos'. Sólo le faltó nombrar al dictador y a su mujer, la aborrecida Leila Trabelsi. Presidirá esta comisión Taoufik Bouderbella, ex presidente de la Liga de Derechos Humanos.

Fallece el fotógrafo franco-alemán Lucas Dolega, herido el viernes

Gestos importantes que van en la línea de una condición fundamental para iniciar el cambio político: que el Ejecutivo inspire 'confianza' a su pueblo, recalcaba a Público el embajador de la Unión Europea en el país, Adrianus Koetsenruijter: 'Este Gobierno, que en buena medida es una continuación del anterior, debe demostrar que puede cambiar su mensaje para convencer a la población de que es capaz de preparar el Túnez del futuro'.

Muchos tunecinos no están convencidos. Yazi, un productor de cine de 60 años, mostraba su escepticismo: 'Estas salsas con los mismos ingredientes de siempre rara vez ligan'.

Lo mismo opinan las decenas de jóvenes que por la mañana se manifestaron cambiando el grito de 'Ben Alí lárgate' de hace días por el de 'RCD lárgate'. Una protesta que terminó como casi siempre: con la calle llena de gas lacrimógeno y gente corriendo en todas direcciones. Pero los tunecinos son duros. Muchas personas que hacían cola ante un supermercado para comprar alimentos que desde hace días escasean ni se movieron para no perder su sitio, pese a que, a dos pasos de allí, seguía lloviendo gas del cielo.

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