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La doctrina del "caos creativo"

 

 

Periodista egipcio

La región árabe ha entrado, al parecer, en una fase avanzada de la doctrina del 'caos creativo', acuñada por la administración neoconservadora de George W. Bush y verbalizada por su secretaria de Estado Condoleeza Rice. Dos preguntas se imponen de inmediato: ¿Cuándo comenzó ese 'caos'? ¿Y a dónde va a llevar?

El neoliberalismo intenta fragmentar el mundo árabe en estados sumisos

La historia de esta doctrina enfermiza data de al menos tres décadas, con el ascenso al poder de la dama de hierro Margaret Thatcher en Londres, y del actor hollywoodiano Ronald Reagan en Washington. Con ellos, el bloque occidental arrastrando al resto del planeta dio el salto a la fase del neoliberalismo, de la mano de los conservadores y bajo la batuta de los señores del mercado y los de la guerra. El colapso del bloque soviético dio un fuerte impulso a ese proceso.

En Oriente Próximo, en concreto, los primeros y contundentes rasgos de la doctrina del 'caos creativo' no tardaron en perfilarse. Primero, fue la trampa kuwaití, en la que cayó Irak y que sirvió a Londres y Washington para proclamarse supremos salvadores de la democracia, la libertad, los derechos humanos y todo el resto de tal discurso. Poco después, llegaron los ataques del 11 de septiembre, que Bush aprovecharía para construir un discurso de 'cruzada', con todo lo que este término conlleva.

Y, así, el neoliberalismo, los neoconservadores y los señores del mercado y de la guerra invadieron Afganistán e Irak, destruyeron Pakistán y alzaron al mundo entero contra Irán. Luego han querido la desmembración de Líbano. Al mismo tiempo, Sudán es mutilado en un drama que facilita la realización de viejos planes de crear un bloque, todo suyo, en el este de África. Y Egipto será llevado a una sed y un hambre controlados por los grifos del Nilo, y segregado, también geográficamente, del resto del mal llamado 'mundo árabe'.

Los señores del mercado y de la guerra pretenden capitalizar «la ira»

La estrategia consiste, pues, en fragmentar ese mundo en pequeños estados definitivamente sumisos. En ese 'caos creativo' se pueden inscribir incluso las rebeliones populares de Túnez y Egipto, con sus reivindicaciones legítimas, que el neoliberalismo ya está trabajando para capitalizar a su favor con declaraciones en defensa de los derechos del pueblo tunecino y de apoyo a 'la ira' de los egipcios, mientras las calles de Argelia, de Yemen, y de Jordania arden en protestas.

En resumen, los siguientes países árabes están ahora en la palma de la mano del 'caos creativo': Mauritania con su inestabilidad; Túnez con su revolución; Egipto con su sacudida; Jordania con su grave malestar; Líbano con su riesgo de fragmentación y guerra; Irak con su violencia; Yemen con su partición; Somalia con su hemorragia; Sudán con su desmembramiento; la autoridad palestina con sus escándalos.

¿Quién queda? Quedan unas Islas Comoros hambrientas; unos principados del Golfo en pánico; una Siria que es objetivo inmediato. El resto de los 22 países de la Liga de Estados Árabes figuran en la contabilidad africana de Washington.

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