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El Baradei busca el apoyo de las masas

E. G. G.

El ambicioso Mohammed El Baradei está convencido de que los astros le convertirán en el próximo presidente de Egipto, aunque lo cierto es que todavía no ha podido demostrar que cuente con el respaldo popular necesario.

Habitualmente reside en Viena, donde tiene su sede la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AEIA), un órgano de la ONU que él dirigió entre 1997 y 2009.

El pasado jueves, apenas unas horas antes de las multitudinarias manifestaciones del viernes, tomó el avión que lo condujo a El Cairo, se sumó a las protestas, fue retenido fugazmente por la policía y ahora trata de capitalizar políticamente las revueltas.

Premio Nobel de la Paz en 2005 por su trabajo al frente de la AEIA, El Baradei nació en El Cairo hace 68 años. Estudió Derecho en su ciudad natal, cursó estudios de especialización en Suiza y se doctoró en derecho internacional en Nueva York. Su carrera diplomática se inició en el Ministerio de Exteriores de Egipto, pero en 1984 empezó a trabajar en la AIEA.

El hecho de que haya residido la mayor parte de su vida adulta en el extranjero, y que después de retirarse de la AIEA haya preferido continuar viviendo en Viena hace que muchos egipcios no vean su candidatura con simpatía. Piensan que no ha sufrido bajo el Gobierno autoritario de Hosni Mubarak como un egipcio ordinario y, por lo tanto, no está cualificado para ponerse al frente del país.

Sin embargo, él mismo ha alimentado los rumores de que concurrirá a las elecciones presidenciales que tienen que celebrarse en otoño de 2011, aunque él no lo ha confirmado de una manera oficial.

En la actual crisis se ha postulado a sí mismo como alguien que puede dirigir la transición hacia la democracia, y en este sentido ha recibido el apoyo de algunos partidos y organizaciones. 'Si la gente quiere que yo lidere la transición, no les voy a abandonar', ha dicho.

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