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Rumsfeld reconoce su error con las armas de destrucción masiva

El ex secretario de Defensa de Bush asegura en sus memorias que nunca aprobó las torturas en Guantánamo

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Tras las memorias de Tony Blair y George Bush, llegan las de otro de los actores principales de la invasión de Irak en 2003. El ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld publica hoy 'Known and Unknown' (conocido y desconocido), un libro en el que reconoce algunos errores que, por mucho que trate de minimizar, fueron claves para la guerra contra el régimen de Sadam Husein. Sus palabras se contradicen con las memorias de Bush y con recientes declaraciones de Blair.

Rumsfeld reconoce que sus informes sobre las armas de destrucción masiva fueron 'erroneos' y se arrepiente de haber utilizado la expresión 'estas cosas pasan' cuando el museo de Bagdad era saqueado tras la caída del dictador. 'Dije más de 1.000 palabras en aquella rueda de prensa antes de decir esa frase, pero esas dos palabras [stuff happens] importaron mucho más que el resto', explica en sus memorias, según recoge hoy el diario The Guardian.

El segundo hombre fuerte de Bush junto a Dick Cheney, trata de justificar sus informes sobre las armas diciendo que, aunque él se equivocó, había otros informes de la inteligencia que aseguraban su existencia. 'Mientras que yo hice algunos informes erroneos, no era lo normal y sobre todo no algo característico. Otros oficiales hicieron un trabajo razonablemente bueno explicando los informes de la inteligencia de manera apropiada durante sus intervenciones públicas, pese a que hubiera algunas formulaciones imperfectas de manera eventual'.

De esta manera, Rumsfeld reconoce su fallo, pero no niega que hubiera armas de destrucción masiva en Irak, cosa que nunca fue probada. Al menos el ex secretario de Defensa evita los comentarios del ex primer ministro británico, Tony Blair, al respecto. Blair, en su comparecencia el año pasado ante la comisión que investiga la guerra de Irak, dijo que 'Aún sigo pensando que había armas de destrucción masiva'.

Rumsfeld también trata de quitarse de encima otro de los puntos críticos de la Guerra contra el terror de Bush: la tortura. Él fue uno de los creadores de Guantánamo y aunque reconoce que en aquel momento este tipo de centro era necesario para 'salvar vidas', asegura que él no aprobó el uso de técnicas de interrogatorio que 'pasaban los límites'.

'Esas técnicas pudieron no respetar mis órdenes de 2002 en las que dejé claro que todos los presos debían ser tratados humanamente'En concreto se refiere a la asfixia simulada (waterboarding). 'No creía que fuera apropiado aplicar el waterboarding, o el desnudo forzado o la exposicion a bajas temperaturas a nadie que estuviera bajo custodia del departamento de defensa', dice.

'Estaba sorprendido y preocupado. Algunas de las cosas que sucedieron me sonaban como si los planes de interrogatorio hubieran ido por encima de las técnicas que yo aprové', añade. Su testimonio reconoce que hubo torturas y además contradicen las palabras de Bush en sus memorias. 'Esas técnicas pudieron no respetar mis órdenes de 2002 en las que dejé claro que todos los presos debían ser tratados humanamente'.

El ex presidente en 'Decision Points', su libro de memorias, asegura: 'Para mí el waterboarding es legal porque el abogado me dijo que lo era. Dijo que no estaba violando ningún tratado. Yo no soy abogado, pero tienes que creer en lo que dicen los que están a tu alrededor'. Y justifica: 'Usar estas técnicas salvó vidas. Mi trabajo era proteger EEUU y lo hice'.

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