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Gadafi se atrinchera en las ruinas de su poder en Trípoli

El dictador aparece ante sus leales y les insta a 'tomar las armas' y a 'bailar y a cantar'. La revolución controla algunos barrios de la capital libia, uno de los últimos bastiones del tirano

MAYTE CARRASCO

Ni con los mercenarios, ni con el Ejército, ni con la llamada al asesinato y a la muerte entre los libios en un enfrentamiento fraticida.

A pesar de los intentos desesperados de un dictador que ha teñido de sangre su país con más de 10.000 muertes, según fuentes del Tribunal Penal Internacional citadas por Al Arabiya, se cierra el cerco en torno a su persona y a su familia.

Según testimonios de habitantes de la capital, Trípoli, a varios medios de comunicación, incluso algunos barrios de la capital libia escapan ya al poder despótico del tirano.

Hoy se hablaba de la batalla final en Trípoli y de las últimas horas del régimen. Pero Gadafi ha decidido acabar sus 42 años de mandato infligiendo una lenta y violenta agonía a su pueblo y atrincherándose en los restos de su poder. El dictador hizo una rápida aparición en la Plaza Verde de Trípoli frente a miles de personas ataviadas con distintivos verdes que coreaban consignas en su favor. 'El pueblo me ama', clamó Gadafi.

Luego les gritó como si viviera en otro planeta, pidiéndoles que bailaran y cantaran para celebrar su victoria mientras sus matones a sueldo disparaban a matar en otros puntos de la capital. Para terminar, les incitó a adentrarse en una guerra civil de impredecibles consecuencias, llamándoles a las armas para acabar con las protestas. 'Todos los arsenales de armas se abrirán para armar al pueblo', anunció.

Su hijo favorito, Saif el Islam, habló en cambio de diálogo. 'Estamos tratando con terroristas. El Ejército ha decidido no atacarles y darles una oportunidad para negociar un alto el fuego. Confiemos en que sea posible dialogar de forma pacífica mañana', dijo Saif a periodistas extranjeros.

'Estamos tratando con terroristas'El dirigente estaba preparado para el viernes de plegarias. Había reforzado las tropas leales al régimen en la capital para responder con contundencia al despertar de la revolución libia, con protestas previstas en muchos y diversos barrios como el de Ben Achour o Gouth Achaal, a falta de una Plaza Tahrir en la que congregarse. Los soldados rodearon concienzudamente las mezquitas para impedir que los fieles salieran a manifestarse en masa, el modus operandi que siguieron los revolucionarios de Túnez y Egipto y que derrocó a sus tiranos a una velocidad de vértigo. 'Disparan contra los civiles desarmados que salen de las mezquitas ', declaró a la AFP un habitante del barrio residencial de Ben Achour.

En una repentina cura de humildad, Saif Al Islam Gadafi, uno de los hijos del dictador, admitió en declaraciones a CNN Turquía la pérdida del control del territorio este del país, aunque acto seguido retomó su habitual tono agresivo para amenazar con reconquistar el territorio perdido en los próximos días.

'Hay más de dos millones de habitantes en esa zona, con un número de terroristas cercano a 200 o 300, máximo. El pueblo nos llama, y no podemos permitirnos que un puñado de terroristas controle una parte de Libia y su población', recalcó azuzando el miedo al terrorismo islámico como otros dirigentes y ex dirigentes de la región. El hijo de Gadafi aseguró que las ciudades de Al Baida y Derna están ya en manos de supuestos terroristas que han establecido 'emiratos islámicos', mientras que en su opinión, Bengasi, ciudad liberada, camina hacia el caos.

El delfín de Gadafi, llamado a suceder a su padre, ha dejado claro que su familia no va a huir del país y se quedará en él cueste lo que cueste. Interrogado sobre un eventual plan B en caso de victoria de la rebelión, respondió que 'el plan A es vivir en Libia y morir aquí. El plan B es vivir en Libia y morir aquí, y el plan C vivir en Libia y morir aquí'.

Los revolucionarios empiezan a organizarse. Los comités populares que controlan Bengasi, la segunda ciudad más importante de Libia y cuna de la revuelta, anunciaron hoy la formación de una administración local que busca coordinar acciones con otras 'localidades libias liberadas'. El anuncio fue hecho por Abedelhafiz Hoga, portavoz de la Coalición Revolucionara del 17 de Febrero, creada por los grupos de oposición que están controlando distintos puntos de Libia gracias a la rebelión contra el régimen de Gadafi.

Este es el primer intento de crear una entidad administrativa popular que se forma en Libia para sustituir a las autoridades locales que han dejado de funcionar, a medida que la oposición a la dictadura iba asumiendo el control de las diferentes localidades del país. En el comunicado que Hoga leyó ante los periodistas en los juzgados de esta ciudad oriental, aseguró que la administración local gestionará Bengasi y las otras ciudades de la misma provincia que estén bajo control de la revolución.

El comité administrativo está compuesto por trece hombres, y quedó encabezado, como coordinador general, por Saleh al Gazal. De momento, esta administración autoconstituida está llenando el vacío dejado por el Estado. Ya han organizado un servicio de limpieza y otro de reparto de alimentos.

El comité dirigió hoy un mensaje tranquilizador a las empresas extranjeras que se benefician del petróleo libio: 'Los acuerdos petrolíferos [con firmas extranjeras] que sean legales y beneficien al pueblo libio serán mantenidos' afirmó Jammal bin Nour, un juez miembro de administración interina de la Coalición del 17 de Febrero'.

Abedelhafiz Hoga negó, por su parte, que Bengasi se haya convertido en un califato islámico, como asegura Gadafi y corrobora su hijo. Sobre el dictador, este portavoz de la Coalición consideró: 'Tiene un grado de locura tal que ya es irrecuperable'.

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