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EEUU envía dos buques de asalto de los marines a las costas de Libia

Las tropas de Gadafi intentan recuperar ciudades al sur de Trípoli y las fuerzas rebeldes crean un Consejo Militar

ISABEL PIQUER / PÚBLICO

Cuando Muamar Gadafi y su hijo, Saif al Islam, amenazaron con una guerra civil en Libia, el mundo entero lo entendió como la propaganda de un dictador escondido en su búnker. Ayer, un día después de que la comunidad internacional exigiera a Gadafi que se rindiera, el déspota envió sus fuerzas hacia la frontera oeste del país para recuperar una zona controlada por la oposición.

La reacción de EEUU fue fulgurante. Dos navíos de asalto anfibios portahelicópteros, con unos 2.000 marines a bordo, el USS Kearsarge y el USS Ponce, pusieron rumbo al canal de Suez desde el mar Rojo y en la mañana de hoy navegarán por el Mediterráneo hacia Libia. Allí se unirán al destructor USS Barry, que cruzó Suez el lunes.

'Quien entre en Nalut se condenará a la destrucción', afirma un defensor

El despliegue naval estadounidense ante las costas libias podría ser empleado para operaciones de ayuda humanitaria, pero la secretaria de Estado, Hillary Clinton, advirtió ayer mismo: 'Libia podría convertirse en una democracia o encarar una guerra civil prolongada (...) que degenere en un descenso al caos'.

Varios testigos vieron cómo fuerzas leales al régimen reforzaron su presencia en el cruce fronterizo de Dehiba, en Túnez, a unos 200 kilómetros al sur de la costa. El lunes, no había allí ningún militar libio, lo cual animó a la población de la cercana ciudad libia de Nalut a pertrecharse para la guerra. 'Estamos preparados. Siempre decíamos que no teníamos armas, pero ahora, con armas en las manos, quien entre en la ciudad se condenará a sí mismo a la destrucción', dijo a la cadena Al Yazira Ahmed Al Zawi.

Sin embargo, otras fuentes indicaron que las fuerzas de Gadafi estaban desplegadas en torno a Nalut y que la población está preocupada porque no tiene suficientes armas para resistir, informa Mayte Carrasco desde la frontera entre Túnez y Libia.

Clinton teme que Libia se precipite en 'una guerra civil prolongada'

El dictador mantiene el control de sus fortalezas de Trípoli y Sirte, su ciudad natal, aunque ayer no apareció en público. Fue su hijo, Saif al Islam, quien negó en una entrevista a la cadena SkyNews que el régimen haya bombardeado a civiles e insistió en que el tirano sigue siendo el jefe del país. 'Hay un problema en el este, lo reconocemos. Pero sólo es un 20% del país, el resto está ok', dijo Saif al Islam.

No era esa la opinión de los ciudadanos libios, que afrontan ahora una penuria de alimentos. Cerca de Trípoli, en territorio controlado por Gadafi, había ayer largas filas delante de las panaderías. Muchas tiendas estaban limitando el número de barras de pan que se podía comprar por persona. 'La situación es muy tensa', dijo Salah, médico de 35 años. 'Por supuesto que estoy preocupado. Mi familia está aterrada. Están esperando en casa. Hemos escuchado disparos. Es la primera vez que veo algo como esto', señaló.

En Zauiya, bajo control de los rebeldes a 50 kilómetros al oeste de Trípoli, hubo ayer más choques con fuerzas del dictador. 'Nuestros muchachos abrieron fuego contra un puesto de control. Ellos [las fuerzas leales a Gadafi] huyeron. Tenemos su arma antiaérea y muchas Kalashnikov que abandonaron. Tres soldados de su bando murieron', aseveró un hombre que no quiso ser identificado.

La UE celebrará una cumbre extraordinaria sobre la crisis el día 11

En Washington, Clinton explicó al Congreso de EEUU que el Gobierno está sopesando una zona de exclusión aérea, que permite cerrar el espacio aéreo libio, incluso a los aviones militares de Gadafi e impedir bombardeos contra la población civil.

Pero esta medida es polémica. Mientras el general jefe de las fuerzas de EEUU en la región reconoce que 'exigiría tener que destruir previamente las defensas antiaéreas' de Libia, Londres respalda la zona de exclusión aérea y París se muestra reticente. 'Se pueden estudiar diferentes opciones, especialmente la creación de una zona de exclusión aérea, pero no se hará ninguna intervención sin un mandato claro del Consejo de Seguridad', dijo el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé.

Clinton subrayó que EEUU 'respeta el deseo' de las fuerzas de oposición libias de actuar sin injerencia extranjera. Por su parte, la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, dijo que Gadafi tiene 'delirios de grandeza' y que Washington quiere dejar claro que no contempla inmiscuirse directa ni unilateralmente en los asuntos del país magrebí. La Unión Europea anunció ayer que celebrará una cumbre extraordinaria el día 11.

En Bengasi, las fuerzas revolucionarias siguen organizándose para afianzar su autoridad. La Coalición de la Revolución del 17 de febrero, que se encarga de coor-dinar los consejos populares que controlan las ciudades tomadas por la oposición, comunicó ayer la formación de un Consejo Militar, para 'defender al pueblo libio y las fronteras de Libia, reconocidas internacionalmente, de cualquier ataque'. La Coalición volvió a llamar a todos los militares a unirse a su lucha contra Gadafi.

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