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Los talibanes matan al único ministro cristiano de Pakistán

Bhatti, titular de la cartera de Minorías, es asesinado por haberse opuesto a la legislación contra la blasfemia

PAU MIRANDA

La violencia política en Pakistán se cobró ayer una nueva víctima: el ministro de Minorías, Shahbaz Bhatti, único cristiano del Ejecutivo paquistaní. Bhatti fue abatido por la mañana por tres pistoleros cuando salía de casa de su madre, en un barrio popular de Islamabad. Este atentado, que se atribuyeron los talibanes pakistaníes (TTP), llega sólo dos meses después del asesinato del gobernador del Punjab y cabeza visible de las fuerzas liberales del país, Salman Tasir, también por haberse opuesto a la legislación contra la blasfemia en Pakistán y por haber defendido a Asia Bibi, una cristiana condenada a muerte por blasfema.

Según testigos presenciales citados por medios locales, los asesinos de Bhatti esperaban la salida del coche en el barrio I-8 de la capital y, tras interceptar el vehículo del ministro, empezaron a disparar e incluso intentaron sacar a Batthi para asegurarse de su muerte, huyendo luego en un tipo de utilitario de los que hay miles en Islamabad. Ayer a última hora, fuentes de la Policía especial confirmaban a Público que no se había producido ninguna detención y que no se podía asegurar si los asesinos seguían aún en la ciudad o habían podido escapar a pesar de los controles que se instalaron en todas las rutas de salida.

Asimismo, la Policía afirmó que se había redoblado la seguridad en torno a los barrios cristianos de Islamabad por miedo a que hubiera enfrentamientos sectarios, aunque lo que predominaba entre los cristianos del país era el miedo, más que la ira.

A pesar de ser un objetivo de los extremistas, la escolta de Bhatti no estaba presente en el momento del ataque. Según fuentes policiales, el ministro había pedido ir solo al domicilio de su madre, aunque no hay confirmación de que fuera así. En cualquier caso, el asesinado había afirmado que no creía que los escoltas pudieran garantizar su seguridad. Según declaró a AFP, 'la protección sólo puede venir del cielo, los guardaespaldas no te pueden salvar'.

Tras el asesinato del gobernador Tasir en enero, Bhattiy la parlamentaria Sherry Rehman, autora de una propuesta de enmienda para la polémica legislación antiblasfemia, encabezaban la lista de posibles víctimas de la violencia extremista.

Hay grupos que intentan imponer su interpretación del islam a todos

'Este asesinato no es un problema de orden público, sino de grupos intentando imponer su interpretación religiosa a todos los pakistaníes declaró ayer a Público Mehdi Hasan, director de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán. Y lo conseguirán si las fuerzas liberales y progresistas no les hacen frente'.

De momento, eso no está sucediendo. Si tras el asesinato de Tasir hubo una oleada de indignación en el país, las reacciones ayer eran mucho más tibias. 'El problema es que los intelectuales y las élites liberales tienen miedo y han optado por una postura defensiva, aunque saben que los demócratas son mayoría', añade Hasan. 'Tampoco el Gobierno ni los partidos políticos consideran este desafio a la democracia entre sus prioridades'.

Los principales mandatarios del país expresaron con sordina su condena del atentado contra un político con poco peso en el Gabinete, hasta el punto que muchos lo consideraban una figura meramente decorativa, fruto de las obligadas cuotas para las minorías. El presidente Zardari, que fue de los primeros en condenar el asesinato de Tasir en enero, dejó ayer que fuera su asistente, Farahnaz Ispahán, quien afirmara que el ataque contra Bhatti era parte 'de una campaña para acabar con todas las voces liberales, progresistas y humanistas en Pakistán'.

Por su parte, el primer ministro Yusuf Raza Gilani declaró ayer a la salida del hospital en el que ingresó cadáver Bhatti que 'actos como este no frenarán la determinación del Gobierno de luchar contra el terrorismo y el extremismo'.

Entre la población cristiana predomina ahora el miedo más que la ira

Zardari y Gilani habían dejado fuera del Gabinete a Bhatti tras la remodelación que hizo recientemente el Gobierno. En principio se planteó la eliminación de la cartera de Minorías, pero tras presiones internas y externas, Bhatti fue reincorporado al Ejecutivo.

Aún así, Gilani había desautorizado reiteradamente y cada vez con más claridad a su ministro y compañero de partido al afirmar que no habría ninguna modificación de la legislación sobre blasfemia y que la iniciativa de la parlamentaria Rehman, que ahora encabeza la lista de las personalidades políticas más amenazadas de Pakistán, era una decisión personal que no cuenta con ningún apoyo gubernamental.

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