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Un tsunami arrasa Japón y causa más de mil muertos

Un terremoto de 8,8 frente a la costa pacífica japonesa genera olas gigantes que devastan el litoral. El país sufre un corte masivo de las comunicaciones.

DAVID BRUNAT

De repente, tras la calma tensa posterior a la conmoción, las noticias apocalípticas empezaron a llegar, una tras otra, a cada cual más grave. Un tren de pasajeros totalmente desaparecido después de ser arrollado por una ola gigantesca junto a la costa; conductores desesperados huyendo de una lengua de agua de 10 metros de altura, algunos de ellos sin éxito; entre 200 y 300 cuerpos sin vida desperdigados por la playa de Sendai, la ciudad más afectada por el tsunami; una planta petroquímica ardiendo; un reactor nuclear cuyo fallo en el sistema de refrigeración obligaba a declarar el estado de emergencia nuclear y a evacuar a 3.000 personas en un radio de 2 kilómetros. Y así, hasta el infinito.

Japón ha sufrido este viernes su mayor terremoto en 140 años, el quinto más fuerte del mundo. Unos 500 desaparecidos y 350 muertos confirmados por la policía a última hora de este viernes. Más de 1.000 fallecidos, según la agencia de noticias Kyodo.14.46 horas. Comienza la catástrofe. La gente regresa al trabajo tras la hora del almuerzo. En Tokio las mesas se empiezan a deslizar, los edificios se tambalean como flanes, la gente se marea y pierde el equilibrio. Pronto el pánico se apodera de la capital de Japón, una megaurbe de 36 millones de personas. Pero Tokio es la ciudad mejor preparada del mundo contra los terremotos, y apenas se desploman un puñado de edificios.

400 kilómetros al noreste de la capital, en las prefecturas de Miyagi y Fukushima, la situación es mucho más dramática. El terremoto, de 8,9 grados de magnitud, ha tenido el epicentro a 130 kilómetros de sus costas, en el océano Pacífico, a una profundidad de 26 kilómetros. El terrible temblor pronto origina un tsunami que se retroalimenta cuanto más se acerca a la costa, y es él, más que el terremoto, la causa de la destrucción masiva.

Las imágenes que rápidamente emite la televisión japonesa convierten las palabras en algo innecesario: una aldea de casas bajas es engullida por la ola de 10 metros que llega a la playa. Barcos, coches, árboles, granjas, todo es arrastrado tierra adentro. Sendai, la ciudad más cercana al epicentro y con un millón de habitantes, es el símbolo de la tragedia. A última hora de la noche del viernes todavía no había cifras exactas de fallecidos ni registro del caos, pero los 300 cuerpos que la Policía ha encontrado, ahogados, en la playa, seguramente no serán el único episodio negro que vive la ciudad. Las fotografías de su aeropuerto reflejaban este viernes un paisaje de destrucción total.

El Gobierno nipón advirtió a la población de que la cifra de muertos será 'extremadamente alta' y rogó a todo el mundo que esté preparado para nuevas réplicas de gran intensidad, que incluso podrían alcanzar una magnitud parecida al terremoto del viernes. 'No debemos dejarnos llevar por el pánico, hay que seguir unidos en estos momentos', expresó el portavoz del Gobierno, Yukio Edano.

En la prefectura de Miyagi, una de las más remotas del país, todos los canales de comunicación, como carreteras, autopistas y vías férreas, además de las telecomunicaciones, fueron seccionados por las inundaciones. Las fuerzas armadas han comenzado, a media tarde, a desplegar en la zona 8.000 soldados, 300 aviones y 40 barcos de asistencia para las operaciones de rescate, según la agencia Kyodo. También centenares de bomberos se afanaban en apagar los innumerables incendios en edificios por todo el país.

Japón se asienta en la conjunción de dos placas tectónicas, en el llamado anillo de fuego del Pacífico, y es uno de los países con más temblores del planeta. Y, por ello, uno de los más preparados.

A pesar de su experiencia, el país entero se ha paralizado después del terremoto del viernes. Autopistas y carreteras fueron cortadas en todo el territorio. El Shinkansen, el famoso tren bala japonés, dejó de operar de inmediato. Los puertos y aeropuertos interrumpieron todo su tráfico. Hasta la telefonía móvil en la mitad norte del país, incluido Tokio, sufrió cortes constantes.

Los habitantes de las provincias costeras del Pacífico (Miyagi, Fukushima, Ibaraki, Aomori y Chiba, esta última junto a Tokio) han recibido la recomendación de trasladarse tierra adentro de inmediato.

La agencia meteorológica ha apuntado 'riesgo alto' de que un nuevo tsunami con olas de entre 3 y 6 metros, en función de la región, puede producirse en las próximas horas. Mientras, en Tokio, miles de personas, todavía incrédulas, durmieron en su lugar de trabajo debido a la falta de transporte para regresar a sus hogares.

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