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Más de 10.000 japoneses continúan desaparecidos

El saldo de víctimas mortales aumenta hasta los 1.800 fallecidos, la mayoría en la costa noreste

 

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El levantamiento de los primeros escombros tras el seísmo destapó ayer un millarde nuevos cadáveres en Japón. La última estimación de la agencia de noticias nipona Kyodo cifró el total de víctimas mortales en 1.800. No obstante, la morgue que las aguas y los temblores formaron bajo el manto de escombros esconde todavía miles de interrogantes acerca del destino de los desaparecidos, que ya superan los 10.000.

El caso más llamativo es la pequeña población de Minamisanriku (provincia de Miyagi, en el noreste del país), de 17.000 habitantes. En esta localidad, apenas se ha logrado localizar a 7.500 de sus pobladores. Las autoridades provinciales tuvieron que pedir auxilio ayer a las Fuerzas de Autodefensa, el Ejército, para tratar de encontrar a las 9.500 personas que siguen en paradero desconocido.

Un total de 300.000 personas han sido evacuadas de la costa oriental

En Minamisanriku, apenas un puñado de edificios quedaron en pie tras el tsunami o no fueron anegados por las aguas. Sin embargo, oficialmente, sólo hay constancia de 137 muertos y 95 desaparecidos en la provincia de Miyagi.

A pesar del saldo provisional de 1.800 fallecidos con el que trabajan los medios japoneses, el Gobierno contabilizaba anoche 637 muertos y 653 desaparecidos. No obstante, este recuento no incluye los entre 200 y 300 cuerpos que estaban siendo trasladados a la ciudad de Sendai, ni los primeros 200 que se acomodaron en diversos gimnasios de la provincia de Miyagi, a la espera de su identificación, informa Reuters. A estos centros acudieron centenares de familiares de desaparecidos en busca de información.

Sin rastro de cuatro trenes

Las autoridades están preocupadas por los precios del grano y del crudo

El recuento de víctimas también puede aumentar en zonas como Iwate. En esta provincia y en Miyagi desaparecieron cuatro convoyes de trenes que circulaban por la costa y de los que no ha quedado rastro. Nuevas vistas aéreas del litoral japonés dibujaban ayer planicies de escombros en las que despuntaban las ruinas de algún edificio y trenes descarri-lados. Localidades costeras como Rikuzen Taka (Iwate), de unos 24.000 habitantes, prácticamente han desaparecido, informa Efe.

Ante el temor de nuevas sacudidas, la inseguridad de gran parte de los edificios (hay al menos 3.400 bloques residenciales derruidos y 200 incendiados) y el riesgo de un accidente nuclear, 300.000 personas fueron evacuadas de la costa oriental del archipiélago. De ellas, 170.000 fueron desalojadas del área de 20 kilómetros que rodea la planta nuclear accidentada de Fukushima.

Arropados con mantas, con mensajes de S.O.S. en los tejados de sus casas, o reunidos al calor de las llamas de los incendios que todavía permanecen activos, miles de japoneses trataban ayer de hacer frente a una segunda noche a la intemperie, especialmente en las poblaciones alejadas de grandes núcleos urbanos en las que ya ha puesto el foco la cooperación internacional.

En la ciudad de Mito, en Miyagi, colas de cientos de damnificados esperaban frente a los supermercados para hacer acopio de medicinas, agua potable y otros suministros, ante un posible desabastecimiento y la posterior escalada de precios.

Además del cese de la actividad del 20% de las centrales nucleares, otros pilares de la vida cotidiana de los japoneses quedaron anegados tras la devastación natural. Al bloqueo del transporte público en algunas ciudades se sumó la falta de suministro eléctrico, que afectó a 5,5 millones de japoneses. Además, cinco millones tuvieron problemas para hablar por teléfono o conectarse a internet.

Las compañías aseguradoras centran ahora sus preocupaciones en las cuatro provincias más afectadas por el terremoto y el tsunami. En la banda costera tres kilómetros de ancho que tienen estos territorios, la firma especializada en desastres Jayanta Guin of Air Worldwide calcula que hay propiedades aseguradas por un valor de 24.000 millones de dólares. En la zona terrestre afectada por el terremoto, los bienes asegurados están valorados en 300.000 millones.

El montante final podría seguir aumentando en las próximas horas debido a la sucesión de temblores que se produjeron tras el de las 14.46 horas (hora local) del viernes, de 8,9 grados. En las 30 horas posteriores, Japón sufrió más de 150 réplicas.

Económicamente, el Gobierno nipón teme el impacto que el desastre vaya a tener, por ejemplo, en el precio de productos como el carburante (el precio del barrilde crudo supera los tres dólares), el grano o los metales, elementos claves para el país. El Banco de Japón anunció que mañana celebrará un encuentro político para anunciar medidas que garanticen la estabilidad del sistema financiero.

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