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El emperador Akihito intenta animar a Japón

Primera intervención televisiva desde que heredó el cargo en 1989

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La aparición televisiva del emperador Akihito sorprendió ayer a los japoneses. Se trataba de la primera intervención desde que en 1989 heredara el cargo tras el fallecimiento de su padre, Hirohito. 'Espero, sinceramente, que el pueblo pueda superar este momento desafortunado cuidándose los unos a los otros', dijo Akihito, de 77 años y salud delicada, a través de la cadena de televisión pública japonesa NHK.

El emperador empleó un lenguaje con términos arcaicos que sólo se utiliza de manera oficial por el trono del Crisantemo y que resultó incomprensible para la mayoría de los japoneses. Para muchos de ellos, era la primera vez que escuchaban la voz del emperador. A los más ancianos les recordó a la intervención de su padre, Hirohito,tras la rendición japonesa en la II Guerra Mundial.

Muchos japoneses no llegan a entender su mensaje, plagado de términos arcaicos

Akihito dijo estar 'profundamente preocupado' por la situación de la planta de Fukushima y expresósu deseo de que no empeore.

'Nunca había sucedido en Japón un terremoto de 9 grados. No sabemos todavía el número de víctimas, pero rezo para que se salve el mayor número posible', dijo a los japoneses su tenno (príncipe del cielo), vestido con su habitual traje gris y gesto serio.

Según la Casa Imperial, fueron Akihito y su esposa Michiko los que quisieron comunicarse con su pueblo en un mensaje por televisión, dada la magnitud de la tragedia que vive su pueblo.

Akihito afirma estar 'profundamente preocupado' por la crisis en Fukushima

'Se ha destacado que los japoneses no han perdido la serenidad ni tampoco el orden en esta situación excepcional.

Deseo de corazón que todos permanezcamos unidos para animarnos y superar este momento preocupante', indicó el emperador nipón.

Aunque hasta ahora no había expresado en público su dolor por la tragedia, la Casa Imperial había divulgado que Akihito y Michiko enviaron donaciones a las provincias más afectadas y que el Palacio Imperial se solidarizaba con los cortes de luz que sufren estos díaslos japoneses.

La residencia del Palacio Imperial de Tokio se ha sumado a los apagones de forma voluntaria durante dos horas al día mientras la anciana pareja de monarcas solo saldrá de la residencia para actos puntuales, como recorrer la zona devastada por el seísmo. El pueblo japonés divide su atención hacia el emperador entre los conservadores, que lo veneran, y el resto que lo consideran irrelevante.

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